Ribadesella, Bárbara MORÁN

El centro de arte rupestre Tito Bustillo ha decepcionado a los riosellanos. Eso al menos manifestaron los cinco vecinos que visitaron el edificio durante la mañana. El equipamiento -inaugurado el martes y cuyo coste final fue de 11 millones de euros (1.830 millones de pesetas), según las autoridades- no ha colmado las expectativas de los lugareños, que esperaban «mucho más». Los visitantes foráneos, alrededor de treinta en la mañana de ayer, por el contrario sí alabaron en su mayoría la sede cultural.

Los primeros visitantes del edificio durante la jornada de ayer fueron, precisamente, tres riosellanos que lideraron la Plataforma Ciudadana en Defensa de Tito Bustillo, colectivo que luchó por la consecución del museo: el historiador y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA Toni Silva; el empresario turístico Francisco Ruisánchez y el ex alcalde de Ribadesella José Miranda Reigada. Tras la visita, los tres confesaron estar «decepcionados» con el material expositivo y el diseño del mismo que ofrecen al visitante las seis áreas del centro.

«Emoción y decepción». Miranda resumía la visita con esas dos palabras. «Emoción, la que sentí al visitarlo, ya que durante muchos años todos los vecinos luchamos por que fuese una realidad. Decepción, porque el resultado no es el que deseábamos», indicó Miranda, quien explicó que la idea original siempre se fundamentó en salvaguardar la cueva, cerrarla a las visitas y para ello contar con un museo que reuniese arte, tecnología y recrease la grandeza de la caverna riosellana. Según Miranda, estas aspiraciones, que los riosellanos defendieron a golpe de pancarta y de manifestación, no están reflejadas en el recién inaugurado Centro de arte rupestre.

Reigada, Silva y Ruisánchez echaron en falta «más innovación, espectacularidad y sensaciones como las que se respiran dentro de la cueva riosellana». «Actualmente las nuevas tecnologías, como el 3D, permiten trasladarnos al interior de lugares de ese tipo, pero en este centro no se tiene la sensación de estar en la cueva, como se prometió que sería», señaló Ruisánchez. Silva añadió: «La grandeza geológica, artística y científica de Tito Bustillo no se recrea, no se respira, no se siente». El historiador añadió que ofrecer al visitante «el mayor tesoro de la caverna, el Panel de los Caballos, en un vídeo en la sala 3, es plano, frío y no hace justicia» al valor científico de la cueva. «Es un vídeo que puedes ver en tu casa o en un bar», criticó Silva.

«Cuarenta y cinco minutos (los que dura la visita) no van a ser un reclamo para desestacionalizar el turismo y promover el yacimiento al nivel que se merece. El resultado no tiene nada que ver con el emocionante y ambicioso inicio de aquella lucha ciudadana sin precedentes», lamentó Miranda.

Los otros dos riosellanos que visitaron ayer el centro se sumaron a las críticas. Raúl Menéndez Suárez habló de «mucha decepción». Lamentó que se recree con miniaturas «un tesoro tan majestuoso como Tito Bustillo». En su opinión, el edificio «no hace justicia» al valor científico, artístico y geológico de la cueva. «Es una simple y llana aula didáctica y ya teníamos una a la entrada de la caverna», subrayó Suárez, quien también lamentó que ninguno de los trabajadores del centro sea riosellano.

El riosellano Roberto Gómez le dio «un 2 sobre 10» al centro. «Es una tomadura de pelo, llevan diez años prometiendo, asignando y quitando dinero, y no han hecho nada meritorio de nuestra cueva. Esto es, lamentablemente, otro chiringuito sociata», criticó Gómez, mientras tildó de «ridículo y pobre» el contenido del edificio.

Curiosamente, a los visitantes de fuera de Ribadesella sí les gustó el equipamiento, quizá porque desconocen las promesas de los dirigentes políticos en el último decenio. «Entramos porque nos llamó la atención el edificio, un poco extraño, creímos que era un centro comercial. Luego por dentro muy bonito, mucho juego de luces y proyecciones. Interesante», indicaron los bilbaínos Beatriz Mateos y Javier Sarmiento.

«Muy bonito y con creatividad, sobre todo las pegatinas que iluminan al acercarse los paneles de una sala», destacó otra pareja de Bilbao, Mariana de la Rica y Jesús Zumárraga. Otros, madrileños, con segunda residencia en Villahormes (Llanes), se sumaban a las alabanzas: «Muy interesante y moderno, recrea zonas de la cueva que no están en la visita, nos ha gustado», aseguraban Juan Luengo y Ana Abardia. Otro segundo residente en Ribadesella tildaba al centro de «entretenido», aunque criticaba el excesivo ruido en algunas salas, ya que «confluyen muchos audios a la vez».

Las jornadas de puertas abiertas, con visita gratuita, continuarán hasta el día 28 de este mes.