Espinaréu (Piloña),

Lucas BLANCO

Algo más de un mes después de que finalizasen los trabajos de rehabilitación de los terrenos donde se ubicaba la antigua cantera del monte Sellón, más conocida como Mina Rosi, por parte de la Dirección General de Minería y Energía del Principado de Asturias, los vecinos se encuentran con un nuevo problema, ya que las lluvias torrenciales del pasado fin de semana han arrastrado parte de los terrenos que sustituyen el firme de la antigua cantera, provocando varios argayos.

Ante esta situación, los vecinos alertan de que estos desprendimientos son aun mayores que los que ya se producían antes de acometer la rehabilitación de los terrenos. «El suelo de la mina está cubierto de piedras y arena, y la vegetación todavía no se ha asentado, así que el agua lo arrastra todo ladera abajo», señala el vecino Luis Coya, mientras muestra los efectos provocados por un argayo junto a una de las casas del núcleo rural de El Ferrán.

Según indican los habitantes de este pequeño pueblo piloñés, los mandatarios del Principado son conscientes del riesgo que existe en la zona y, por ello, el pasado lunes ya la visitaron para hacer un seguimiento de la situación. «Al parecer, tienen la intención de hacer próximamente una presa con hormigón para evitar los desprendimientos», explica el también vecino Mario Coya, a la vez que se muestra temeroso del riesgo que supone la situación actual. «Trabajé durante veinte años como palista en la cantera y ya veía venir que esto podía pasar», señala Coya.

Además de por los argayos, los vecinos dicen que las viviendas de la zona quedan también afectadas por las grandes cantidades de agua que bajan por la ladera, perjudicando especialmente caminos y accesos. «A veces los caminos se convierten en ríos y el agua nos entra por debajo de las puertas», sostiene Adamina Faza, que reside en una casa situada justo al lado de la carretera que lleva a la Mina Rosi.

Faza desconoce quiénes son los responsables de la seguridad en la zona, pero espera que la futura Corporación local haga todo lo posible por solucionar un problema que afecta a los vecinos desde la apertura de la cantera, a comienzos de los años setenta. «Hace dos semanas pasaron por aquí pidiendo el voto y ahora espero que pasen para preocuparse por nosotros», declara con tono irónico la vecina.

La empresa Mina Rosi se ubicó en el año 1971 en el monte Sellón, ubicado en la parroquia de Espinaréu, y tan sólo 16 años después cesaba su actividad ante las continuas sanciones a las que debía enfrentarse por los frecuentes vertidos e irregularidades que afectaron negativamente a la naturaleza y a las propiedades del entorno con motivo de la extracción de sílice. Vecinos y Ayuntamiento batallaron durante más de quince años por la rehabilitación de los terrenos de la cantera, ante el impacto y los riesgos que su abandono planteaba para el turismo rural. Finalmente, el Principado atendió las demandas y acometió la recuperación de la zona entre enero y mayo de este año.