Ribadesella, P. MARTÍNEZ

Un canal comercial muy corto y abierto a todo tipo de preguntas. Así son las ferias como la de quesos y artesanía que este fin de semana se puede visitar en el paseo Princesa Letizia de Ribadesella. Catorce ventanas al queso asturiano en las que el cliente prueba, interroga y muchas veces compra. Aurelio López, de la quesería Picu Urriellu, saluda con gran desparpajo a los curiosos y explica que «lo bueno de la feria es que tratas directamente con la gente, puedes explicar de qué está hecho, qué ingredientes tiene; se preocupan mucho por esto».

El buen tiempo animó el apetito de los que ayer se acercaron por el muelle riosellano y ayudó a que la feria funcionara. «Cuando la feria va bien, va bien para todos», explican desde la quesería Temia, en Grado, donde también resaltan «el trato directo con el cliente, que da pie a satisfacer su curiosidad». Pero no sólo la gastronómica, porque en el puesto del queso de Vidiago María Dolores Collera reivindica su función de promotora turística. «Preguntan por las playas, por Peña Tu y se preocupan por la conservación de la cueva que apareció» próxima a las obras de la Autovía del Cantábrico.

En la Feria de queseros hay uno para cada gusto y las familias debaten cuál llevarse a casa. Es el caso de las madrileñas Marisa Caño y su hija Andrea López, que se declaran seguidoras del «queso de tres leches y del ahumado de Pría», aunque el padre de familia prefiera el quesu casín. Éste último es uno de los cuatro quesos asturianos con Denominación de Origen Protegida (junto al cabrales, gamonéu y «afuega'l pitu»), y a Isaura Souza, del quesu de Ovín, le parece que el resto juega con un poco de desventaja. «Tienen mayor promoción y organizan actividades», explica antes de añadir que «también llevan muchos más años». Por eso, la productora naveta cree que la Asociación de Queseros Artesanos de Asturias es una excelente idea. «Todos juntos hacemos fuerza y nombre». Y si a esto le sumamos el buen tiempo, la receta tiene el éxito asegurado.