Llanes, María TORAÑO

«El Gobierno de España no va a estar al margen», aseguró ayer en Llanes el delegado del Gobierno en Asturias, Antonio Trevín, en referencia a la iglesia del monasterio de San Antolín de Bedón, de construcción románica y ubicada entre Naves y Bricia. «Siempre que vengo, la Alcaldesa me pone nuevos deberes y en esta ocasión ha mostrado mucha preocupación por el estado de la iglesia», explicó. De esta forma parece que el equipo de gobierno municipal ha cedido a las presiones de un grupo de vecinos y veraneantes, que desde hace meses denuncian el estado de total abandono del templo románico, catalogado como bien de interés cultural y como monumento nacional.

Según Trevín, el mayor problema reside en «clarificar la propiedad» y, una vez que ese trámite esté solucionado se intentará avanzar. «Empezaremos a trabajar con el Gobierno del Principado en este asunto», afirmó Trevín, quien anunció que esta misma semana designará a un responsable que se encargue de todos los trámites relacionados con San Antolín de Bedón. «Después tenemos que restaurarlo y controlar los accesos para protegerlo», aseguró.

Los vecinos y visitantes habituales de la zona llevan años haciendo ruido y denunciando la situación, aunque las pintadas aparecidas en los muros del edificio el pasado mes de marzo -y que aún siguen en las paredes- fueron la gota que colmó su paciencia y decidieron organizarse mejor. La joven María de la Vega creó un grupo en la red social Facebook denominado «Amigos de la iglesia de San Antolín de Bedón», que ya cuenta con más de 400 miembros. Desde internet han comenzado una campaña de recogida de firmas para reclamar que las administraciones hagan algo para conservar el monasterio, cuya iglesia cuenta con el mismo grado de protección que la catedral de Oviedo, las cuevas de Tito Bustillo y el puente de Cangas de Onís.

La semana pasada, algunos de los integrantes de ese grupo recorrieron las inmediaciones de la iglesia, su interior lleno de pintadas, las casas anexas, en ruinas, y los terrenos circundantes. Las palabras que más repitieron durante la visita fueron «vergüenza» y «pena», sobre todo al ver el suelo cubierto de excrementos de caballo y pintadas en las paredes. Trevín realizó el anuncio durante la presentación de las obras del saneamiento del río Vallina, entre Porrúa y Poo. Además, en su intervención también habló de la Autovía del Cantábrico y afirmó que por ahora «no había novedades» con respecto al cierre del cruce de L'Arquera, que a principios de verano generó cierta inquietud.