Patricia MARTÍNEZ

En la zona del muelle riosellano no hay acuerdo sobre si la iluminación es suficiente o no. Tampoco las versiones coinciden a la hora de aclarar si el apagón puntual de la noche del viernes en el puerto pesquero influyó en la caída de un octogenario al agua que, afortunadamente, fue rescatado con vida. Para unos, la causa fue la oscuridad, que le impidió ver un obstáculo, y para otros, como Julio Poo, del bar del Puerto, se trató de un «despiste» del paseante. Este establecimiento está en el paseo Princesa Letizia, en una zona «bien iluminada», según Poo, para el que los cercanos paseos de la Grúa y de la lonja, en la misma zona del muelle, tienen sin embargo «poca iluminación».

Carlos Cuervo, de la sidrería El Tarteru, sí relaciona el incidente con el apagón y señala que, además de sufrir este tipo de averías «cada poco», el muelle riosellano está insuficientemente iluminado, ya que a partir de las diez de la noche se deja una sola bombilla encendida por farola. Ésta fue una medida de la anterior Corporación, que adelantó en marzo la disminución lumínica de las dos de la madrugada a las diez de la noche para ahorrar en la factura de la luz. Cuervo subrayó que la Gran Vía y la playa están «iluminadas a tope», y añadió que «de noche y en invierno no sé para qué quieren todas las farolas encendidas en la playa. Se podría ahorrar de todos lados».

La del arenal es precisamente una de las zonas que la alcaldesa de Ribadesella, Charo Fernández Román, piensa revisar. La regidora, de Foro Asturias, explicó ayer que la actuación podría pasar por «bajar la intensidad o quitar alguna farola más», pero nunca rebajar la iluminación de esta zona en exceso.

La Alcaldesa, que puntualizó que la avería del viernes se produjo desde la Oficina de Turismo hasta los contenedores de reciclaje del muelle, aclaró que estas farolas son competencia de Puertos y que los responsables municipales dieron en seguida parte del incidente.

Además, señaló que «si un colectivo quiere que se suba la iluminación, puede solicitarlo por escrito al Ayuntamiento y lo valoraremos». En este sentido, Cuervo ve la reclamación como colectivo algo difícil: «El problema es que no tenemos asociación de hostelería y cada uno va por su lado».

José Manuel Mori, de la sidrería El Campanu, cree que la zona está «suficientemente iluminada», relaciona el incidente con una casualidad y no se siente «para nada agraviado» con respecto a la iluminación en otras zonas de la villa.