Pandiello (Cabrales),

Patricia MARTÍNEZ

En la parroquia cabraliega de Pandiello había ayer casi todo lo necesario para honrar a Santo Tomás y, a pesar de que faltaban el cura y el santo de siempre -que se sustituyó por una silueta de madera-, la fiesta se celebró. Eso sí, con un mismo tema en las conversaciones: la decisión del párroco local, Pedro Fernández, de no oficiar la misa si no se entregaba el dinero de la subasta del ramu a la parroquia. Esto enfadó a los vecinos, que sufragan los gastos de la fiesta con lo que sacan en la puja. Según explicó Luis León: «El sábado nos dijo que o le dábamos el dinero o no había misa. Nos reunimos y decidimos que si no quiere venir, que no aparezca. No queremos dárselo, es muy poco y lo necesita el pueblo».

El religioso, que efectivamente ayer no se presentó a la hora que los carteles anunciaban la misa y que tampoco permitió a los vecinos abrir la capilla y sacar la imagen, se apoya en un decreto del Arzobispado de Oviedo. La circular, fechada en 2006, «recuerda a los párrocos que las ofrendas realizadas a Dios por manos del sacerdote tienen como fin la comunidad cristiana para ayudar a los más necesitados», según él mismo detalló.

Ya en las fiestas del año pasado había advertido sobre lo que considera una obligación y éste entendió que «no debía ir a celebrar misa para este grupo de personas, a menos que reconozcan que se han equivocado». En Pandiello lamentaban ayer no poder celebrar su fiesta con total normalidad, pero están dispuestos a seguir con ella y hasta hubo quien subrayó que la oposición al cura ha unido aún más al vecindario, descontento desde hace años por la negativa del sacerdote a oficiar bautizos y funerales en la capilla.

No tuvieron misa, pero sí salieron en procesión con una improvisada imagen de Santo Tomás, recortada y pegada sobre un soporte de madera con la silueta del beato. Después se subastó el ramu en algo más de 300 euros, una cantidad que los vecinos quieren destinar para pagar, entre otras cosas, las orquestas, unos 9.000 euros.

Por su parte, Pedro Fernández cree que este dinero debe destinarse «a Cáritas, por el gran agobio y el desbordamiento que tiene». Según su criterio, los vecinos están incurriendo en «varias faltas, de apropiación indebida, de desobediencia y de perversión del sentido de la ofrenda, ya que se coge para otra cosa distinta de lo sagrado, de lo que se ofreció al santo». Además, invita a quien esté en desacuerdo a acudir al Arzobispado de Oviedo, algo que ya hizo Ángeles Inguanzo. «Me remitieron al arcipreste de Parres, con el que hablé el miércoles por última vez y que quedó en llamarme». En Pandiello aún esperan por esta llamada y ya están pensando en comprar otro Santo Tomás para poder sacarlo en la próxima procesión.