Cangas de Onís, M. TORAÑO

La Agrupación de Vecinos y Amigos de Llanes (Avall) presentó ayer una denuncia ante la Consejería de Medio Ambiente del Principado y ante el Ayuntamiento de Cangas de Onís por la construcción de un gran complejo hotelero en la localidad de Beceña, ubicada en ese concejo. El colectivo recibió el aviso de los vecinos de la aldea -de apenas cuarenta habitantes- y de la vecina localidad de San Martín, quienes le alertaron de que la Confederación HIdrográfica había concedido conexión por veinte años para un establecimiento de 220 plazas, lo que quintuplica la población del pueblo en el que se ubica.

Entre otras supuestas irregularidades, los representantes de la asociación, María José Rodríguez y Domingo Goñi, destacaron ayer que según el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Cangas de Onís, en ese suelo «puede construirse únicamente vivienda unifamiliar aislada, permitiéndose el uso hotelero de nivel 1 (máximo 400 metros cuadrados por planta, pero limitando este tipo de suelo a los 300 metros cuadrados máximos que fija para cada parcela), desautorizándose expresamente la vivienda colectiva y la edificación en bloque». Lo que ocurrió fue que el permiso se concedió para construir «39 apartamentos turísticos en tres bloques, pero el proyecto, como muestra la realidad física actual, se convierte en cosa distinta», indicaron. «Estamos ante el Algarrobico de los Picos de Europa», ironizó Rodríguez, comparando el caso cangués con el hotel levantado ilegalmente en una playa del Cabo de Gata (Almería) y que se encuentra pendiente de derribo.

Avall denuncia que se trata de «un macroproyecto disfrazado» en el que «se han buscado todas las triquiñuelas posibles a fin de colar ante las instituciones públicas lo que, de haberse planteado tal cual es en la realidad física actual, y con aplicación de la normativa urbanística local vigente, sería de imposible tramitación». Entre otros documentos, la agrupación presentó una orden de paralización de las obras firmada por el Ayuntamiento de Cangas de Onís en abril de este año y un informe posterior -de junio- de la Policía Local especificando que la construcción seguía en marcha.

El proyecto estaba divido en tres fases distintas, pero al modificarlo sobre la marcha ha obtenido «dos plantas a expensas de excavación del terreno sobre las que se levantan tres torres que se pretenden aisladas cuando en realidad están perfectamente unidas por la base y que tienen una altura de bajo, planta y bajo cubierta, lo cual sumado a las dos plantas inferiores suma cinco alturas». Además de contravenir la normativa urbanística, la construcción causa «en primera instancia un impacto visual y medioambiental de proporciones gigantescas», aseguraron desde Avall.

La asociación solicita «la inmediata revisión administrativa de la licencia concedida a este proyecto urbanístico y la restitución de la legalidad vigente en aras del interés general de la ciudadanía y muy especialmente de los vecinos».