Los Picos de Europa ya no son un parque nacional, diga lo que diga el BOE. Hace mucho que la prioridad de sus gestores no es la fauna, ni la flora, ni siquiera los ecosistemas ligados al bosque atlántico, a los que se supone que representa en la Red de Parques Nacionales. Las prioridades son el dinero, el negocio y evitar conflictos. Todo lo demás es pose, mentira. Cuando todo lo que se les ocurre a sus rectores es quemar bardiales, construir aparcamientos, matar llobos, abrir pistas y transportar turistas; cuando lo único que les importa es esquivar levantamientos populares y sumar votos y fondos europeos; cuando sólo queda, si acaso, el paisaje..., no puede hablarse de parque nacional. Los Picos tal vez merezcan ser paisaje protegido o una suerte de «reserva ganadera», pero no parque nacional. Un parque nacional es un espacio de alto valor ambiental en el que prima la conservación por encima de cualquier otro interés. Es hora de ser valientes, derogar el parque de los Picos y acabar con la farsa.