Ribadesella,

P. MARTÍNEZ

Una semana después de que la riada desbordase el río Sella y anegara sus riberas desde Arriondas hasta Ribadesella, los efectos aún son visibles en ambos concejos. Los camiones enviados el viernes por la Demarcación de Costas para limpiar la playa de Santa Marina continuaron ayer cargando troncos y plásticos y, aunque se nota la diferencia, a los operarios aún les queda tajo por delante, al igual que al Principado en la limpieza de los puertos y a los agricultores y ganaderos que vieron sus vegas y erías arrasadas por la riada.

José Antonio Otero tiene 12 hectáreas de pastos en Cueves del Agua y explica que ahora están «de pena». Sus animales, por ahora, comen silo, pero «el problema va a venir luego, cuando haya que comprar», se queja Otero, que aún no ha consultado a las administraciones sobre la indemnización. También Roberto Capín tendrá que comprar nuevas lechugas, ya que de las 4.000 docenas que tenía plantadas en L'Alisal calcula salvar «un 15 por ciento».

En la villa riosellana está otra de las secuelas más preocupantes de la riada: el boquete abierto en un muro del puerto. La zona fue visitada ayer por el viceconsejero de Infraestructuras, Juan Vega, que responsabilizó a PP y PSOE de que no se hayan comenzado las obras de reconstrucción por falta de disponibilidad presupuestaria. «En circunstancias normales estaríamos ya manos a la obra», manifestó Vega antes de añadir que ambos partidos «han decidido que el Gobierno no puede actuar ni en situaciones de emergencia. No se trata de créditos extraordinarios, esto ha cambiado. Quienes tomaron la decisión de prorrogar el presupuesto no tenían ni la menor idea de las consecuencias de sus decisiones».

Sobre el inicio de los trabajos, el viceconsejero explicó que el Principado está «está trabajando duro para poder resolverlo». El jefe de Proyectos y Obras de Puertos, Orlando Azcona, explicó que la obra consistirá en «sanear la cimentación, volver a hacer un macizo de consolidación y reponer el muro de mampuestos de sillería. Tiene su complejidad porque estamos afectados por las mareas y caudales», añadió. Según Azcona, la obra costará «unos 300.000 euros» y se encuentran «en pleno proceso de valoración técnica y de ofertas».

Los grupos de la oposición coincidieron ayer en su diagnóstico sobre el boquete. Paco Vázquez, de IU, cree que «al río se le está dejando menos cauce por el islote que se formó en la bahía, la presión cada vez es mayor y hace un ángulo en ese lugar, que siempre tiene más fricción». El portavoz socialista, Ramón Canal, también subraya que «la cantidad de porquería del centro de la ría, en la isleta, canaliza la fuerza del río directa a esa zona».

Añadió que, aunque la «solución inmediata es reconstruir y reforzar», a posteriori «hay que dragar el delta, que subió más de metro y medio y aumentó más de siete de diámetro» en la última riada. Juan Manuel Blanco, del PP, cree que «fue la escollera del puerto deportivo. La corriente que baja se estrella contra la escollera y sale proyectada hacia esa parte del puerto. Me sumo a la opinión de pescadores y de la gente que lo ve y vivió tantísimos años».