Bustio, Ramón DÍAZ

Felipe Peñil había sido patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Bustio desde que ésta se independizó de la de Llanes, en el año 2003. Ocupó el cargo hasta que, el pasado mes de octubre, tomó el relevo su primo Jesús Peñil. Durante sus mandatos, el marinero desaparecido consiguió logros históricos, como el nuevo muelle y la lonja de pescadores de Ribadedeva, inaugurados en junio de 2009. Aquellos proyectos, por los que Felipe Peñil y el resto de la cofradía lucharon durante años, supusieron una enorme mejora en las instalaciones portuarias, que tienen desde entonces más amplitud, mayor calidad ambiental y mejores servicios.

Hasta ese momento, los barcos de Bustio estaban en algunos aspectos igual que hacía siglos: amarrados en estructuras débiles y apoyados en fango con la bajamar. Desde la inauguración, los pescadores contaron con una lonja moderna, con ordenadores, ascensor, cinta transportadora, paneles de subasta y cámaras de congelado.

Pero Felipe Peñil también dejó de ser patrón mayor con alguna espina, sobre todo, porque, pese a su continua lucha, nunca consiguió que se instalaran en Bustio luces de enfilación. La ausencia de estas luces supone una carencia de envergadura, ya que los marineros, en las noches sin Luna, se las ven y se las desean para entrar en el puerto. Un puerto, además, al que sólo se puede entrar con la pleamar.

La otra petición que Felipe Peñil no pudo ver cumplida como presidente de la Cofradía de Bustio fue la instalación de un carro varadero para los traslados a dique seco de las embarcaciones para reparaciones y mantenimiento, algo que los marineros locales se ven obligados a hacer en otros puertos.