Bustio (Ribadedeva), P.M.

Felipe Peñil pertenecía a una extensa familia de marineros que suma ya cuatro generaciones y que no vivió ayer su primera desgracia en la mar. En abril de 1988, la embarcación anterior al «César» -el «César Augusto»- sufrió un accidente en la ría, en la desembocadura del puerto de Bustio. En aquel siniestro fallecieron Atilano Vázquez, tío de Felipe Peñil, y otro tripulante, llamado José Manuel Gutiérrez.

Entonces era patrón el padre de Felipe Peñil y él mismo se encontraba a bordo. El marinero desaparecido ayer tenía fama de excelente nadador y los mismos hombres aseguraron que aquel día «salió nadando al pedreru». De los dos fallecidos hace ahora 24 años, «uno apareció en el día, pero el otro lo encontraron a los nueve días en Pechón», la localidad cántabra frente a la que ayer cayó al agua el que fue patrón mayor de Bustio hasta el pasado octubre. En el pueblo calificaron a la familia Peñil de «muy trabajadores. Nunca miraron el reloj, sólo para ir a la mar y el día que no podían ir parecía que les quitaban de comer». El «César» iba a comenzar el lunes la costera de la xarda, pero no pudo hacerlo porque se averió una hélice y salió con un tripulante menos que de costumbre, que no se embarcó por motivos médicos.

Hasta el puerto de Bustio se desplazaron ayer el alcalde de Ribadedeva, Jesús Bordás; el consejero de Agroganadería, Albano Longo; el viceconsejero de Recursos Autóctonos, Luis Peláez, y el teniente de alcalde de Val de San Vicente (Cantabria), Roberto Escobedo. Longo destacó que la de marinero «es una profesión dura y arriesgada. Son emprendedores, crean trabajo y ya ven el riesgo que corren. Nuestro gobierno va a apoyarles», aseguró.