A Covadonga González Santos la subieron con 3 años a un barco, la llevaron a Francia, la metieron en un orfanato, le extraviaron sus apellidos y la dejaron sola. Tan pequeña era que se olvidó de sus padres y de su Llanes natal. Sólo recordaba su nombre, Covi, el de una de sus tías, Rosa, y una canción, «Ojos verdes». Casi tres años después, el destino quiso que una de sus tías la reconociera en la estación de Llanes, cuando viajaba hacia Oviedo en uno de los trenes que traían de vuelta a algunos «niños de la guerra». Esta peripecia y todo lo que vino después lo cuenta el cineasta Alberto Pardo en su corto «Historia de una casualidad», un trabajo que rezuma sensibilidad y emoción. Aquella niña, Covi, se convirtió con el tiempo en una mujer excepcional. Lo mismo que Aurina Con, Rosa García y Ángeles Toyos, galardonadas ayer con el premio «Mujer del concejo de Llanes». E igual tantas otras cuyas historias están aún por contar. Para todas ellas, el más sincero reconocimiento.