Hay personas que hacen grande un país, una región, un concejo, una ciudad? Y se puede decir que don Celso (como todos lo conocíamos) era una de esas personas que hacía grande la ciudad de Cangas de Onís y su concejo.

Don Celso era catedrático de Geografía e Historia en el Instituto de Bachillerato Rey Pelayo y como testimonio de reconocimiento de los valores históricos y artísticos que con generosa abundancia engrandecen y dan renombre a nuestro municipio, el Pleno de la Corporación municipal acordó por unanimidad, el 28 de julio de 1981, distinguirlo con el título de cronista oficial de la ciudad de Cangas de Onís, ponderando así los conocimientos sobresalientes de historia de nuestro municipio y su comarca. El 15 de marzo de 1988, por parte de la secretaria del Excmo. Ayuntamiento de Cangas de Onís, se da lectura a un escrito de don Modesto López Álvarez, director por aquel entonces del Instituto de Bachillerato Mixto Rey Pelayo en el cual se pedía la iniciación de trámites para el nombramiento de hijo adoptivo. La propuesta se hace en nombre del Consejo Local y del Instituto de Bachillerato Mixto Rey Pelayo y en la misma constan los méritos que habrían de ser objeto del expediente.

A la vista del escrito, la Comisión de Gobierno, teniendo en cuenta los méritos que concurrían en don Celso, según se detalla en el currículum vitae que se acompañaba y a la vista del reglamento municipal para la concesión de honores y distinciones, acordó por unanimidad proponer al Pleno la iniciación de los trámites para nombrar Hijo Adoptivo de Cangas de Onís a quien en su día la Corporación nombró cronista mayor de la ciudad. Su aprobación se celebró el día 24 de marzo del mismo año con los votos a favor de todos los miembros de la Corporación.

El día 30 de julio de 2001, en el Pleno del Ayuntamiento se propone dar nombre de una calle a la persona de don Celso Diego Somoano por su destacada labor en beneficio de nuestro concejo.

Así que don Celso fue, es y será un hombre destacado en nuestra ciudad y por eso siempre será recordado aquí, en su Cangas de adopción, por su trabajo desinteresado en beneficio de nuestro concejo, sus estudios del municipio y por todo lo que hemos aprendido con él.

Hasta siempre, don Celso.