El Ayuntamiento de Ribadedeva ha decidido apretarse el cinturón. El Pleno aprobó ayer un presupuesto municipal para este año de 1,54 millones, lo que supone una bajada del 40 por ciento con respecto al del año pasado, que se acercó a los 2,6 millones, y de un 61 por ciento con respecto al de 2008 cuando el Ayuntamiento aprobó unas cuentas de 3,92 millones, las mayores de su historia. El presupuesto, con un montante similar al aprobado hace 11 años, refleja la decisión del equipo de gobierno, que encabeza el socialista Jesús Bordás, de aplicar una política de «máxima austeridad» para afrontar la actual crisis.

El gobierno ribadedense aplicó este mismo criterio al aprobar un plan de ajuste que supone la continuidad y la ampliación del iniciado en diciembre de 2010 y que persigue reducir gastos y aumentar ingresos para acceder a ayudas estatales por valor de 312.000 euros, con los que afrontar el pago de las facturas a proveedores pendientes de pago. Más del 90 por ciento de ese dinero se adeuda a tres grandes empresas: FCC, Gestagua e Hidroeléctrica.

El plan de ajuste incluye la amortización de puestos de trabajo municipales (las plazas que dejaron libres dos jubilaciones no han sido cubiertas); bajadas de sueldos al personal laboral y al personal liberado (una concejala, Estela Concha, a tiempo completo y el Alcalde a media jornada); la asunción por personal municipal de trabajos de limpieza hasta ahora contratados con empresas externas (polideportivo, parques y jardines); la bajada en un 10 por ciento del coste de limpieza del colegio público de Colombres; la supresión de la asignación por gastos a los partidos políticos; la supresión de las dietas por asistencia a plenos y comisiones; y la subida de varios impuestos y tasas, como el IBI, la «viñeta», el agua y alcantarillado.