Si hay que elegir entre la huelga general y el «bebé» de quebrantahuesos que llegará a los Picos de Europa en julio, mejor el pollo (el de quebrantahuesos, digo). Porque hablar de la huelga obligaría a decir verdades como puños sobre los engaños de la derecha, sobre los sindicatos, sus circunstancias e intereses y sobre los derechos de los trabajadores (a decir «bueno, vale, de acuerdo» o a decir «anda y que te ondulen», sin presiones ni del patrón, ni del sindicalista liberado). Y como la política (lo que la derecha, la izquierda, la patronal y los sindicatos hacen mayormente) es tan cansina... hablemos del pollo. O mejor, aún, de esos «chiflados» que se han empeñado en reintroducir el quebrantahuesos en los Picos de Europa, de donde desapareció después de siglos de persecución (otros dirán ecodesarrollo). Gerardo Báguena, José Carlos González y Conchi Gálvez son tres soñadores cuyo esfuerzo permitirá a nuestros nietos disfrutar de algo hermoso que nuestros abuelos no entendieron.