Llanes,

Emilio G. CEA

La playa de El Sablón, situada en pleno centro de Llanes, luce desde hace más de un año un aspecto ruinoso, muy poco acorde con su popularidad, a consecuencia del argayo que durante el mes de febrero del año pasado sepultó un trozo de la zona lateral norte del arenal, como consecuencia de la caída de parte de la pared del paseo de San Pedro. Desde ese momento, son muchos los usuarios de la playa que han esperado pacientemente sin éxito a que se retiraran las enormes piedras y se reparara el desprendimiento. A día de hoy parece muy poco probable que esta actuación se lleve a cabo con prontitud. Algunos de los usuarios del arenal confiaron en un primer momento en que el problema del argayo estuviera solucionado para el pasado verano. Pero todo indica que la situación ni siquiera se podrá resolver con vistas al próximo período estival. El último anuncio que se ha tenido al respecto data del pasado día 9, cuando el jefe de Demarcación de Costas, Ramón Galán, aseguró que el proyecto aún está tramitándose.

Mientras tanto, la playa llanisca, gracias al buen tiempo reinante durante las últimas jornadas, recibe a los primeros bañistas y visitantes del año, algunos de los cuales muestran su sorpresa al ver que la situación del argayo sigue igual que durante el año pasado. Josefa Alonso, vecina de Madrid, tiene casa en Llanes y aprovecha siempre que puede para pasar el día en la playa de El Sablón o en la de Poo. «No venía a Llanes desde diciembre y me da la impresión de que se ha desprendido más aún», señala. Josefa asegura no entender cómo las autoridades aún no han solucionado este problema. «Mi marido es ingeniero y el verano pasado me comentó que seguro que pondrían unas mallas para sujetar la ladera, cosa que no ha sucedido», dice. Las causas de que este arreglo aún no se haya ejecutado están muy claras para esta madrileña: «Cuando hemos llegado a la playa y hemos visto que sigue igual, en seguida hemos pensado que no hay dinero para arreglarlo. Entre tanto, como medida de seguridad, procuro no acercarme a la zona», indica.

En similares términos se muestra el matrimonio formado por Ana Alonso y Fran Herrería. «Venimos a la playa a pasear a menudo y que esto esté así es por desidia. Además, han quitado la cinta que impedía acercarse a la zona durante el verano pasado y parte de este invierno y la han sustituido por un cartel que me pregunto si judicialmente valdrá para que las autoridades se laven las manos en caso de problemas», dice Ana. Fran sostiene que arreglar el argayo es «una cuestión estética y de seguridad que se debería haber acometido ya, pues se trata de un tema muy serio».