Infiesto (Piloña),

Lucas BLANCO

El piloñés Manuel Eduardo Marina, más conocido en Infiesto como Manolo, no defraudó a los asistentes que acudieron a la iglesia parroquial de San Antonio de Padua para atender su lectura de un pregón en el que hizo un llamamiento a la solidaridad humana frente a los efectos de la crisis económica y que sirvió para iniciar los actos de la Semana Santa de Infiesto.

A través de siete páginas de texto, Marina repasó la Semana Santa local a lo largo de toda su vida, destacando el relanzamiento de las celebraciones en los últimos años. «Gracias a la Cofradía del Santo Cristo hemos recuperado la majestuosidad y la participación en los pasos», declaró el pregonero, que tuvo una especial mención para Moncho Alonso, cofrade cofundador, ya fallecido, que fue homenajeado tras el pregón.

Por otra parte, habló de Jesucristo como «un héroe» por su sacrificio, mostró su admiración por el Papa Juan XXIII, de quien dijo que «fue una ráfaga de aire fresco en las cerradas estancias de la Iglesia», y confesó que reza a diario desde que pasó por una operación quirúrgica hace cuatro años.

No obstante, fue en la última parte del discurso donde hizo un claro llamamiento a la caridad humana para superar la crisis. «Debemos pensar en los demás ahora que muchos no tienen qué llevarse a la boca», señaló, para luego sugerir «el fin del deporte nacional del fraude fiscal», que calificó como «un pecado de lesa humanidad», al considerar que el dinero defraudado podría emplearse en la erradicación de la pobreza.