Lastres

Dos tiburones peregrinos fueron avistados en la tarde de ayer a escasos metros de la costa, junto al cabo de Lastres. Miembros de la Coordinadora para el Estudio y Protección de las Especies Marinas (CEPESMA) intentaron durante varias horas reconducir el rumbo de uno de los dos tiburones, el primero en ser avistado, para que volviera a alta mar y pudiera sobrevivir. Finalmente, el animal se alejó de la costa por sus propios medios. Este ejemplar, que tenía unos cuatro metros de longitud, había sido localizado por un particular a quince metros de las rocas de Lastres.

El presidente de la CEPESMA, Luis Laria, destacó que este tipo de tiburones, pese a su aspecto y a su gran tamaño, no representa peligro alguno para las personas (salvo por la dureza de su piel, antiguamente utilizada para fabricar lija), dado que se alimentan de plancton. «Aquí en Asturias lo llaman "tontona" precisamente por su hábitos totalmente tranquilos, se puede acercar tranquilamente a la gente y las embarcaciones y, por desgracia, en ocasiones terminan muriendo en artes de pesca o porque quedan varados al acercarse demasiado a la costa», indicó Laria.

Sólo unas horas más tarde, era localizado un segundo tiburón peregrino, de unos seis metros de longitud, a unos 250 metros de Lastres. Técnicos de protección marina procedieron, tras su localización, a desengancharlo de un arte de pesca en la que se había enredado. Este segundo tiburón tenía restos de aparejo en su aleta caudal. Estaba enredado en un miño, arte de pesca para crustáceos típica de Asturias. Tras tirarle del cabo lograron desengancharlo y soltarlo, y el tiburón, en buen estado físico, se alejó.

Los tiburones peregrinos están en la actualidad en franca recesión en todo el mundo y, junto a las tortugas laúd y las marsopas, son los grandes animales marinos que corren mayor peligro de extinción.