En las alegaciones que ha presentado la Agrupación de Vecinos y Amigos de Llanes (Avall) al documento de prioridades del Plan General hay de todo, incluidas algunas propuestas interesantes y otras muy discutibles. Pero hay una verdad que parece incuestionable: si cuando el sector de la construcción vivía en una orgía continua y los bancos daban hipotecas a lo loco, como quien regala caramelos -entre 2003 y 2010- se construyeron en Llanes 2.684 viviendas (dato oficial del Ministerio de Fomento), resulta a todas luces un despropósito recalificar suelo para construir 15.000 viviendas en el próximo decenio. Más aún porque desde hace tres años hay más de 1.000 viviendas a la venta que no encuentran comprador. Dicen los jueces en sus sentencias, y de eso Llanes debería saber mucho aunque sólo fuera a fuerza de palos, que un planeamiento urbanístico debe estar basado necesariamente en la realidad existente y en una previsión mesurada del futuro. ¿Lo son esas 15.000 viviendas? Lo dirán los jueces.