Espinaréu (Piloña),

Lucas BLANCO

«Ya han pasado casi dos años y a este paso los daños se mantendrán eternos», señala con resignación el presidente de la junta vecinal de Espinaréu, Norberto Álvarez, respecto a los hundimientos provocados en algunas carreteras de la parroquia durante las grandes riadas de junio de 2010, que, lejos de ser reparados, muestran un progresivo desgaste que mantiene en jaque a la población local.

Las carreteras afectadas, de titularidad municipal, son la que une Espinaréu con La Pesanca, en las zonas de La Puente y Cantiella Miera, y la que une los pueblos de Pedrosu y Les Cuerries a la altura del Bayu Les Cerezales y Pontigu La Castañal. Debido a la cercanía de las mismas a los ríos Espinaréu y Pedrosu, la reparación de los daños debería correr a cargo de la Confederación Hidrográfica del Norte, cuyos técnicos evaluaron los desperfectos en su día, sin llegar a efectuar las reparaciones.

Esto ha provocado el descontento no sólo de los habitantes de la parroquia, sino también de los ganaderos que aprovechan los pastos de la zona y también de la multitud de turistas que visitan el área recreativa de La Pesanca los fines de semana y los períodos vacacionales. «En su día pasaban hasta autobuses de cincuenta plazas que ahora tienen que dar la vuelta por culpa de los argayos», señaló el presidente de la junta vecinal, a la vez que enumera entre los inconvenientes las dificultades de paso para los camiones de ganado. De igual manera, denuncian el deficiente estado de limpieza del cauce del río que, colmado de ramas y troncos de árboles en algunos de sus tramos, amenaza con peores consecuencias en futuras riadas.

«El ex presidente de la Confederación dijo en su día que tendríamos que acostumbrarnos a las riadas, pero eso no quiere decir que tengamos que vivir en vilo por sus negligencias», declaró un Norberto Álvarez que se dice cansado de la excusa del «no hay dinero», pues, según subraya, el abandono de la parroquia de Espinaréu se remonta a las épocas de bonanza y pone como ejemplos de la desatención hacia el pueblo piloñés las deficiencias en el saneamiento y las telecomunicaciones.