Ribadesella, Ramón DÍAZ

El edificio de El Concilio, en Ribadesella, no será objeto de protección alguna, por lo que en la finca que ocupa, junto al puente de la ría, podrá ejecutarse el proyecto urbanístico aprobado por el Ayuntamiento, que permite levantar un edificio con bajo y tres plantas, que albergará 22 apartamentos turísticos, 56 plazas de aparcamiento y tres locales, dos de uso comercial y uno municipal. La decisión de la Consejería de Cultura, que asume la tesis municipal, es definitiva, por lo que ya sólo queda abierta la vía del contencioso administrativo ante el Tribunal superior de Justicia de Asturias (TSJA).

Cultura, que inicialmente había decidido proteger el edificio, en el que existió hace décadas una panadería industrial, ha rectificado y ha atendido las demandas del Ayuntamiento, que aprobó por unanimidad (Foro, PSOE, PP e IU) la actuación urbanística de El Concilio. La Consejería ha rechazado las alegaciones de la Agrupación de Vecinos y Amigos de Llanes (Avall), que reclamaba la inclusión del edificio de la panadería Toraño en el inventario del patrimonio cultural de Asturias. Cultura, en cambio, sí atendió las apreciaciones de la Real Academia de la Historia, que indicó que el edificio carece de elementos arquitectónicos que merezcan su inclusión en el inventario patrimonial.

Cultura recabó asimismo la opinión de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que sí sugirió la protección del edificio, pero no por su valor cultural, sino por cuestiones urbanísticas, paisajísticas y ambientales, lo que, según la Consejería no justifica la inclusión del inmueble en un inventario de elementos con protección por sus valores culturales. La propia Academia de San Fernando reconocía en su informe que El Concilio presenta en la actualidad un estado «abandonado y altamente degradado, sin valores propios y objetivos».

Además, Cultura realizó una inspección del edificio, en la que se puso de manifiesto que los «incompletos restos que sobreviven de la panadería, no reúnen características especiales, ni tipológicas ni constructivas, dado su completo vaciado tras la desafección, en los años sesenta, de su uso original, por lo que valorando su estado de conservación interior con derrumbes parciales y degradaciones generalizadas, se considera que el inmueble no debe ser incluido en el inventario del patrimonio cultural». Estas conclusiones coinciden con las manifestadas por los propietarios de la parcela, que intentaron durante años una salida para conservar el edificio. De hecho, los propietarios del solar llevan más de 30 años presentando proyectos. Pese a que el Ayuntamiento de Ribadesella aprobó en varias ocasiones la expropiación de la finca, la dejadez municipal condujo al actual estado de ruina (el Ayuntamiento no autorizaba ni siquiera las mínimas obras de conservación para evitar que el valor del edificio aumentara).

El inmueble, construido en 1890, perdió todos los vestigios de la antigua tahona, hornos incluidos, en 1970, cuando el Ayuntamiento dio permiso para reformarlo y destinarlo a bar y a vivienda. El bar funcionó hasta 1982.