Los catorce ayuntamientos de la comarca oriental suman más de 40 millones de euros de deuda reconocidos, que son algo así como 6.655 millones de pesetas del ala. Es conveniente subrayar lo de «reconocidos» porque -se lo juro por el «vamoosh» de Pocoyó- hay más. El agujero es enorme. Tanto que hay ayuntamientos que las van a pasar canutas para salir de él. Si es que salen. Bueno, en realidad, los que las pasarán canutas serán los ciudadanos, condenados a rascarse el bolsillo para pagar los errores ajenos, porque los responsables del desaguisado seguramente se irán de rositas (en las democracias de mentira siempre pagan los inocentes). Y responsables hay de éstos, de ésos y de aquéllos, como también buenos gestores. El maestro que ayer nos dejó, Antonio Mingote, lo explicó muy bien en una viñeta en la que un niño preguntaba: «¿Qué es preferible, abuelo, ser de derechas o de izquierdas? A lo que el ascendiente del imberbe respondía: «Pues verás, antes que nada, no ser gilipollas. Luego ya...».