El alcalde de Amieva, José Félix Fernández, tiene razón: éste es un país de «on» y «off». En tiempos de vacas gordas se abre el grifo y se funde dinero a espuertas en las ocurrencias más peregrinas (ejemplo: en España hay más aeropuertos que usuarios, si se permite la hipérbole). Pero cuando llegan las vacas flacas, como ahora, se cierra el interruptor y empiezan los recortes, que sobre todo afectan -claro- al ciudadano de a pie, el mismo al que le suben los impuestos y le recortan derechos y servicios; el mismo que rescata a los que se ahogan, mientras los negligentes que condujeron al naufragio siguen disfrutando de sus cuentas millonarias, con la aquiescencia de los gobiernos -de éste y de aquél-. Ahora hay quien se quiere cargar el Juzgado de Cangas de Onís, dicen que para ahorrar. Hay que decir que no. Hay que movilizarse. Y hay que recordar a quienes borran sedes judiciales desde cómodos sillones que son sólo administradores, servidores públicos. Si quieren ahorrar, que se recorten el sueldo.