Llanes, Ramón DÍAZ

El documento de prioridades o avance del Plan General Ordenación (PGO) de Llanes es un «insulto a la inteligencia», en el que domina la ausencia de «rigor metodológico» y de «credibilidad», y cuyo contenido es «de una intelectualidad barata y llena de tópicos». Son algunas de las conclusiones de la Agrupación de Colectivos Asturianos, que integran unas cuarenta asociaciones de toda la región, en su alegación al avance de planeamiento del futuro Plan General. La alegación, a la que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA, incluye durísimas críticas, algunas inusuales en este tipo de escritos, como la siguiente: «todo lo que se plantea como descripción de Celoriu es un insulto a la inteligencia humana. Intolerable».

ACA concluye que el documento de prioridades, base del futuro Plan General, «no es válido para iniciar el procedimiento de evaluación ambiental de planes y programas, por (su) contenido insuficiente en materia de afecciones al medio ambiente». Defiende asimismo que el avance «no es válido ni creíble» porque omite cualquier referencia al contenido de las sentencias que anularon los tres planeamientos anteriores.

La Agrupación de Colectivos Asturianos, que preside Domingo Goñi, máximo dirigente también de la Agrupación de Vecinos y Amigos de Llanes (Avall), considera que el documento de prioridades presentado por el equipo de Gobierno, que encabeza la socialista Dolores Álvarez Campillo, propone un modelo territorial que no se adecua «a las necesidades de la población, a la defensa y conservación del medio ambiente y a las necesidades sociales y económicas», como exige la legislación vigente.

ACA rechaza de plano la calificación de Niembru, Barru, Celoriu y Poo como núcleos urbanos, al considerar que no disponen de esa condición. Añade que el crecimiento del tipo «mancha de aceite», que se ha «producido y fomentado» en la zona costera del concejo en los últimos veinte años, se mantiene en el avance de planeamiento al apostar por la «potenciación del eje Celoriu, Barru, Niembru», lo que, según ACA, implicará de nuevo «el fomento de la presión urbanística y la especulación».

Asimismo, ACA defiende la exclusión de la totalidad del suelo apto para urbanizar en las zonas costeras recalificadas con posterioridad a la entrada en vigor de la Ley de Costas (28 de julio de 1988), lo que afectaría al crecimiento realizado y propuesto hacia el mar en Llanes (principalmente en La Talá), Poo, Celoriu y Barru. ACA critica la «grotesca política de vivienda municipal» y las propuestas de las autoridades locales para los núcleos rurales. ACA, dada la actual coyuntura económica, pide eliminar la reserva de suelo residencial.