Llanes, R. DÍAZ / E. G. CEA

La crisis del ladrillo se acentúa en Llanes por la ausencia de planeamiento urbanístico. La venta de viviendas ha caído en picado en los últimos años en el concejo. Según los datos oficiales del Ministerio de Fomento, en 2011 se vendieron en Llanes 230 viviendas, 119 nuevas y 111 de segunda mano, un 30 por ciento menos que el año anterior. Claro que el bajón es mucho más intenso en la compraventa de casas nuevas: 257 en 2010 por las 119 del año pasado, lo que supone un 64 por ciento menos. Y eso no es nada si en lugar de 2010 se toman como referencia los años 2007 y 2008, cuando el «boom» inmobiliario estaba en Llanes en todo su esplendor. Un ejemplo: en 2007 se vendieron en Llanes 800 viviendas, casi el cuádruple que el año pasado. Otro: sólo en 2008 cambiaron de mano 625 viviendas nuevas, un 81 por ciento más que en 2011. Todo indica que este año será aún peor.

José Ramón Campillo, gerente de la inmobiliaria que lleva su apellido, calificó la situación de «mala» por «la crisis y la anulación del Plan General». Admitió que desde febrero de 2011 no ha vendido ni una parcela para construir «porque la gente tiene miedo a comprar por la inseguridad jurídica existente», indicó. El futuro próximo no parece más halagüeño: «La situación no mejorará en dos años; además, mientras no exista un planeamiento nuevo que dé garantías jurídicas, la gente ni compra parcelas ni pregunta por ellas», aseguró.

Campillo, que tiene a la venta 450 viviendas, abogó por la unión del equipo de Gobierno, oposición, asociaciones y constructores para sacar adelante un nuevo Plan General. «Deben ir todos a una, el concejo no puede estar más tiempo parado. Es urgente aprobar un plan legal y, claro, que evite la inseguridad jurídica existente», subrayó. Apostó por un Plan General alejado de las 15.000 viviendas que se anuncian. Prefiere «un crecimiento sostenible. Si se prevé un desarrollo muy grande, ningún constructor de Llanes tendrá capacidad para abarcarlo y vendrá gente de fuera a construir y a trabajar. La construcción de menos viviendas implicará más trabajo para los de aquí. Si lo que se construyó con el anterior plan se hubiese espaciado en quince o veinte años, hubiese sido mejor para el concejo», destacó.

Alejo Muñoz, de Inmobiliaria Alejo, de Posada, asegura que la situación del sector es «preocupante». «Hace dos años que no se mueve nada. Yo tengo una asesoría; si tuviese que vivir solo de la inmobiliaria, ya abría cerrado», indicó. Tiene a la venta cincuenta casas. «Que Llanes no tenga Plan General es un obstáculo importante, entre otras cosas, por la lentitud a la hora de otorgar licencias», señaló. Ve la cantidad de viviendas proyectadas en el nuevo plan (unas 15.000) «inasumible» y apuesta por «construir menos y a largo plazo», pues «sería lo mejor para el sector».

Aníbal Purón, dueño de la inmobiliaria La Llavandera, pide que el nuevo plan urbano se apruebe» de inmediato, con absoluta pulcritud, sin atajos y sin imposiciones de Avall (Agrupación de Vecinos y Amigos de Llanes)». En contraposición a lo que afirmó el resto de sus colegas, Purón calculó que el stock que queda sin vender en Llanes ronda las 300 viviendas, «muchas de las cuales están en posesión de los bancos». Admitió que él tiene 200 propiedades a la venta y defendió que el futuro dependerá de la oferta y la demanda. «Hay que tener una visión de futuro. Un promotor no se pone a construir si no existen expectativas de venta», sentenció. Apuntó que de lo construido en Llanes en los últimos veinte años no le molesta «nada, salvo alguna excepción. Gente del sector de fuera me transmite su satisfacción por el modelo de crecimiento que ha existido en Llanes», dijo. Aboga por un modelo urbanístico que deje libre la costa, que libere el núcleo urbano de Llanes del encorsetamiento que supone el ferrocarril y que centre el crecimiento urbano en zonas como Poo y Celoriu, porque «además de ser lo natural disponen de infraestructuras». Según Purón, el Ayuntamiento debe desarrollar una labor docente «para explicar este tipo de cuestiones urbanísticas a los ciudadanos».

Juan Antonio González, de la Inmobiliaria Sobrino, de Posada, con 350 inmuebles a la venta, señaló que la ausencia de Plan General supone un perjuicio grande. «Entre la gente que quiere comprar se percibe incertidumbre y temor ante los rumores de posibles derribos. Hay poco mercado de obra nueva al no existir Plan General y el mercado de segunda mano es caro al estar construido sobre unos terrenos cuyo coste de suelo se puso hace cuatro años», destacó. Sobre el futuro, defiende que Llanes «debe mantener su status turístico» y «no debe ir por encima de la demanda, pero tampoco por debajo. El modelo no tiene por qué ser el de crear 15.000 viviendas, ni otro basado en las que hay sin vender. Debe plantearse un modelo continuista», resaltó.

Minerva Villar, empleada de la empresa de construcción e inmobiliaria Villar del Hoyo, con unas 40 viviendas en venta, calificó de «mala» la situación. La ausencia de Plan General en Llanes es lo que más lastra la venta. Del futuro planeamiento espera «que dé trabajo y reactive el sector». Abogó por «un crecimiento sostenible» y por no poner pegas a los chalés unifamiliares y adosados», aunque sí admitió «que se limite la construcción de bloques de edificios».

Antonio Balmori, responsable de la Promotora e Inmobiliaria Balsán, definió la situación del sector como «muerta. Estamos pasando por tres crisis: la económica, la que genera la ausencia de un Plan General y la que provoca la ausencia en el Principado de un Gobierno estable que elabore unos Presupuestos», dijo. Sobre el futuro planeamiento pidió «que se apruebe rápido, que no vuelva a ser anulado y que sea legal y funcione». Balmori expresó que sigue existiendo mercado para la vivienda unifamiliar, pero en muchos casos los compradores «se echan atrás por el tema de la inseguridad que da no tener Plan General y por los excesivos trámites que hay que hacer ante la CUOTA y su lentitud». Apostó para el futuro un «modelo de crecimiento lento. Cuando el «boom» de la construcción, entre 2002 y 2007, hubo un momento en que las promotoras de aquí no podíamos competir con las grandes empresas de fuera que llegaban. El futuro crecimiento debe ser lento, para que sea la gente de aquí la que saque los beneficios y se reactive la economía local».

Veri Corral regenta con sus hijos la inmobiliaria que lleva su nombre, con cerca de 700 inmuebles a la venta. Es optimista: «La situación está difícil, pero poco a poco vamos saliendo adelante, puesto que Llanes es una plaza turística importante y como se salió de otras crisis saldremos también de ésta. Ahora estamos vendiendo buenas ofertas, aunque también tenemos la competencia de los inmuebles que tienen los bancos». La ausencia de Plan General es un «handicap», entre otras cosas, por la lentitud de la CUOTA al tramitar las licencias. «La gente que viene a preguntar está al día de la situación urbanística y de la ausencia de planeamiento, y si no lo está la informamos», dijo.

El responsable de otra de inmobiliaria de Llanes reconoció que tiene 1.000 viviendas a la venta. Pese a la crisis, destacó que «Llanes es una plaza muy segura». La aprobación de un Plan General será fundamental para «dar confianza a los compradores, sobre todo a la hora de adquirir terrenos». Añadió que el crecimiento horizontal en Llanes es «insostenible, pues no puedes llevar servicios básicos de luz, agua y teléfono a todos los lugares a cambio tan sólo del impuesto del IBI. Además, con este tipo de crecimiento urbanístico estamos gastando mucho suelo, lo que hoy por hoy es un lujo. Del futuro plan espero que aproveche mejor el suelo edificable existente», añadió.

Un empleado de otra inmobiliaria y constructora local señaló que el problema fue hasta hace poco «que había exceso de demanda y mucho especulador. Hoy en día debe plantearse un modelo urbanístico acorde a las necesidades y a la demanda existente», añadió.