Ribadesella

-Se reincorporó en septiembre de 2011, tras más de un año apartado de su cargo, ¿cómo encontró la cueva?

-La encontré bastante mejor por una razón sencilla: se disminuyó el número de visitantes y la iluminación. La vi bastante bien de conservación, hubo alguna actuación que igual no se hizo con criterios científicos, pero lo desconozco.

-Fue blanco de graves acusaciones dentro de un caso que ya está cerrado, ¿lo considera completamente cerrado?

-Sí, aquello está afortunadamente terminado y finiquitado, ahora estoy pendiente de cobrar los atrasos del Principado. Una sentencia de la sala de lo Social de Oviedo reconoció, en marzo 2012, el periodo de baja por el shock de quedar suspendido de empleo y sueldo, que no lo reconocía ni la Seguridad Social ni la Consejería de Cultura. Es un tema que quiero dar por zanjado y terminado.

-¿Pidió daños y perjuicios a la Consejería de Cultura?

-No, no los pedí, no quiero seguir con esta historia. Aunque pudiera tener razón para reclamarlos, se terminó favorablemente para mí y nada más.

-¿Qué opinión tiene sobre la gestión del patrimonio rupestre que hizo Foro Asturias durante su mandato en el Principado?

-Foro traía muy buenas ideas para el tema del patrimonio, tenía buenos proyectos, pero se terminó. Los gestores que hay ahora en la Consejería son muy interesantes. El catedrático de Prehistoria Adolfo Rodríguez Asensio me parece una persona ideal para la gestión del patrimonio. Hay una persona con experiencia en la difusión cultural, como Alejandro Calvo, y lo mismo sucede con el director del Museo Arqueológico, José Javier Fernández Moreno, con un perfil adecuado tanto para la dirección del Arqueológico como de Tito Bustillo.

-¿Qué le parece que el Arqueológico ejerza la dirección científica del conjunto de Tito Bustillo?

-Creo que es básico, hay que centralizar y racionalizar la gestión. Que cualquier cosa, cualquier tipo de figura, visita científica, se tramite a través del Museo Arqueológico, era lo normal. Son modificaciones sustancialmente muy buenas y beneficiosas para el patrimonio.

-¿Le pilló de sorpresa lo desvelado por el estudio de la revista «Science» sobre Tito Bustillo?

-No, estuve presente en la extracción de las muestras del Camarín de las Vulvas y el Antropomorfo y, hablando entre nosotros, estimábamos la cronología sobre 30.000 años, por ese rojo tan antiguo, 5.000 años antes de la datación final. Esto ha venido a certificar la antigüedad de estas pinturas, son fases muy ancianas, era algo que sospechábamos. Ese estudio sólo se ha hecho en España, si se hace en Francia, posiblemente nos encontremos con alguna sorpresa.

-Rodríguez Asensio pidió cautela ante lo que considera una moda reciente favorable a elevar las fechas, ¿está de acuerdo?

-Se tiene que hacer con rigor científico y hay que ser extremadamente prudentes. El método del uranio es una forma de datación nueva y lo ideal sería empezar a organizar una serie de congresos, de discusiones. Sí, existe una especie de carrera en ese sentido y a lo mejor muy poco científica, hay que buscar la precisión científica.

-El catedrático y actual director de patrimonio cultural continúa descartando la relación de algunas pinturas con los neandertales, ¿qué opina?

-El neandertal tiene una industria lítica, sabe construir herramientas para su supervivencia. Habitan dentro de las cuevas, genéticamente son muy similares, ¿por qué no pudieron haberlo pintado? Hay grabados muy sencillos que podrían ser de una época neandertal o puede ser que no hayan llegado a nosotros por la calidad de las materias empleadas.

-¿Tendrá consecuencias el hallazgo sobre la gestión y conservación de la cueva?

-No las va a tener, estas dataciones están en lugares que no son accesibles al público ni visitables, de la galería larga. El proceso de conservación es el mismo, el natural.

-¿Y en su atractivo turístico?

-En general, supone una potenciación del arte rupestre de la Cornisa Cantábrica, un beneficio para el mundo, para España y para Ribadesella. Puede dar lugar a una serie de convenciones, congresos, movimientos a favor o en contra. Pero que haya un criterio cultural, que se busque la discusión científica, no de taberna.

-¿Le gustaría que se celebraran en Ribadesella?

-Por supuesto. Sería interesante que se programase un ciclo de conferencias, no sólo por el atractivo científico y cultural, sino también el turístico de visitar un pueblo tan hermoso como Ribadesella. Podríamos hablar de muchísimas cosas.

-¿Le parece adecuado el cupo de visitantes que entran en la cueva, de 150 personas diarias?

-Creo que se podría rebajar algo más, pero con esas 150 personas, cuya visita se centra en el panel principal, la cueva respira bien. Para reducir el cupo hay que tener un rigor y un criterio, no por reducir vamos a mejorar la cueva. Claro que 150 personas van en detrimento de hacer una visita mejor, más larga, con grupos de cinco o seis. Me parece adecuado este número, al margen de que en un futuro, cuando se retomen los estudios ambientales, se revise.

-Varias voces en Ribadesella han reclamado la necesidad de «sacar el jugo» a Tito Bustillo, ¿qué opina?

-Debería enfocarse por la propia iniciativa de toda la gente de Ribadesella para iniciar una serie de congresos que podemos hacer anualmente. La inmensa mayoría luchó por ese museo y ahora hay que buscar que tenga mayor contenido, que pueda atraer a más gente, hay que buscar esa solución. Es una de las cinco grandes cuevas más importantes que hay en el mundo, es la quinta gran cueva, pero nos falta dar ese pequeño empujón, generar una especie de industria alrededor de Tito Bustillo, con contenidos científicos y turísticos. La iniciativa debe partir de todos, nos deberíamos sentar todos y hablar.

«Encontré la cueva bastante mejor por una razón sencilla: se disminuyó el número de visitantes y la iluminación»

«Foro traía muy buenas ideas en lo relativo al patrimonio, tenía buenos proyectos, pero se terminó. Los gestores que hay ahora en la Consejería son muy interesantes»

Un apasionado de la Prehistoria

Alfonso Millara nació en Mieres en 1960. Es diplomado en Derecho, formación que siguió durante tres años y que ha retomado ahora, «porque me va a pillar Bolonia y quiero terminar la licenciatura». Después piensa retomar los estudios de Prehistoria, carrera de la que también cursó tres años y que se ha convertido en su auténtica pasión. Se describe como «un apasionado de la Prehistoria», a la que llegó por motivos profesionales. Millara sacó la plaza de director de la cueva de Tito Bustillo, en Ribadesella, cuando trabajaba en la estación de esquí de Pajares. La Consejería de Cultura le suspendió de empleo y sueldo un año por unas supuestas irregularidades que un juez rechazó.