Poncebos (Cabrales),

Alba SÁNCHEZ R.

La herida abierta en la «Ruta del Cares» se cierra a buen ritmo con los trabajos de soldadura de la estructura que sustentará la pasarela y que permitirá reanudar de nuevo el paso entre Poncebos y Caín. Los expertos en trabajos de altura se afanaban ayer en anclar y soldar bien la estructura para que, según lo previsto, pueda ser abierta el próximo domingo.

Aunque la fecha de su apertura, avanzada hace semanas, era el 1 de julio, ayer el responsable de la obra, Manuel Álvarez Sánchez, no quiso precisar si sería exactamente ese o uno o dos días después, pues la seguridad es lo más importante. Tras finalizar los trabajos de soldadura de la estructura se colocará la madera y las tres rejillas de ochenta centímetros de largo por un metro de ancho que servirán de curioso mirador al vacío. Además, se colocará la barandilla de seguridad.

La senda fue interrumpida por un desprendimiento de rocas de grandes dimensiones el pasado mes de abril en el paraje conocido como «La Madama de la Huertona», en Culiembro, y los visitantes que se acercan a ella tienen que hacer la ruta de ida y vuelta desde su origen tanto en la vertiente asturiana desde Poncebos, con siete kilómetros de recorrido, como de la vertiente leonesa desde Caín, con cinco kilómetros de recorrido.

La semana pasada fue un helicóptero el que acercó los materiales con los que construir la pasarela. Esta tendrá una longidud de 23 metros y dispondrá en su parte más central de una ventana de rejilla en el suelo de dos metros con cuarenta centímetros de largo por uno de ancho por el que visitante podrá apreciar la complejidad del trabajo realizado y las condiciones. El resto será todo de madera, como la colocada en alguno de los puentes que discurren por la ruta.

La senda registró el año pasado 322.000 visitantes por su vertiente asturiana (con un incremento de casi el 7% respecto a 2010) y más de 137.000 por su vertiente leonesa (con un incremento de más del 15% respecto al año anterior).

Es sin duda uno de los caminos en la naturaleza más demandados del país, siendo muy frecuentada por visitantes de todas las nacionalidades en todas las épocas del año en base a la espectacularidad de sus paisajes, en los que el río Cares discurre entre paredes que, en ocasiones, se acercan a poco más de una veintena de metros, con canales que descienden desde más de 1.000 metros de desnivel desde las altas cumbres de los Picos de Europa.

Existe también un pequeño argayo, producido por un desprendimeinto de una roca, muy próximo a la localidad leonesa de Caín que se encuentra señalizado. La dirección del Parque está valorando su reparación con la colocación de un cable anclado en la pared que permita el paso con mayor seguridad.