Infiesto (Piloña),

Lucas BLANCO

La fe y el folclore se dieron la mano ayer en el concejo de Piloña con motivo de las celebraciones de la Feria de Abril de Infiesto, que ayer saldó con gran éxito de participación su antepenúltima jornada festiva. Lo hizo en gran medida gracias al gran poder de convocatoria de una misa rociera que hizo que el santuario de La Cueva, situado a las afueras de la capital del concejo, se quedase pequeño.

Fue en torno a las doce del mediodía cuando decenas de caballos y personas ataviadas con la típica indumentaria flamenca iniciaron un interminable desfile de color que cruzó la calle Covadonga de Infiesto en dirección al santuario. Allí, los actos religiosos comenzaron con una vuelta junto a los caballos por los jardines y culminaron con la tradicional bendición de los animales por parte del párroco, Manuel García.

El propio García ofició minutos después la misa solemne, en la que participó activamente un el coro rociero de Gijón, interpretando varios temas populares de la liturgia andaluza, como la popular salve rociera, ante la emoción de los centenares de fieles que no quisieron perderse la clásica cita.