Cangas de Onís,

Ramón DÍAZ

«Dio mucho dinero a gente necesitada, quería ser una especie de Robin Hood». Son palabras que un cliente del Banco Pastor de Cangas de Onís, al que le ha desaparecido todo el dinero de su cuenta, dedica a M. M., anterior director de la oficina y responsable de la desaparición de más de 3 millones de euros de las libretas de varios ahorradores. El responsable del monumental engaño destinaba la mayor parte del dinero que se apropiaba de las cuentas de sus clientes a inversiones inmobiliarias que han fracasado, según han averiguado los investigadores de la entidad bancaria. El Banco Popular, que absorbió recientemente al Pastor, ha hecho una llamada a la tranquilidad. «Todo cliente que tenga registro de sus operaciones puede estar tranquilo, su dinero está seguro», señaló un portavoz de la entidad.

Hay entre veinte y veinticinco clientes -la mayoría empresarios- a los que les han desaparecido sus ahorros. El banco intenta ahora localizar el dinero. Detrás del enredo, M. M., suspendido de sus funciones desde que el banco descubrió las irregularidades, hace una semana. Llevaba diez años manejando el dinero sin control alguno y engañando a sus clientes. Pero sus operaciones irregulares podrían incluso haber comenzado antes de su llegada al Banco Pastor, cuando trabajaba en otra entidad bancaria.

Este «Robin Hood» de pacotilla, tenido hasta ahora por «intachable» -el «director ideal, siempre atento y servicial», según indicó uno de los afectados-, había creado un «banco paralelo», que llevaba en su cabeza y en unos apuntes que guardaba en su casa.

Tanto la forma de operar como las alabanzas que le dedican sus clientes -incluso los engañados- tienen una enorme similitud con las de José Pérez Díaz, «Pepe el del Popular», asturiano de Allande que, en 1991, desapareció sin dejar rastro de la oficina del Banco Popular de Santander de la que era director, dejando tras de sí un agujero de 6.000 millones de pesetas. «Pepe el del Popular», que siempre defendió su inocencia, regresó a España hace tres años, tras residir en México con otra identidad.

En el caso del Banco Pastor de Cangas, sólo uno de los clientes ha visto desaparecer un millón de euros. Este afectado, empresario, busca ahora asesoramiento económico y jurídico para recuperar los cuartos cuanto antes. Otra mujer ha visto desaparecer de su cuenta los ahorros de toda su vida, unos 120.000 euros. Lo más sorprendente del caso es que el creador de este «banco paralelo» consiguió ocultar sus manejos durante una década a sus superiores, e incluso a sus cinco subordinados en la oficina canguesa.

De momento, el asunto no ha llegado a los tribunales de justicia, la investigación se mantiene en ámbitos internos: inspectores del Banco Popular analizan desde hace una semana lo ocurrido. El responsable del tinglado se ha comprometido a colaborar en la investigación, pero, insiste en que no recuerda el destino de buena parte del dinero y se escuda en que no apuntaba buena parte de las operaciones (de hecho, la mayoría de las personas a las que, supuestamente, entregó préstamos no firmó ningún papel).