Ribadesella,

Patricia MARTÍNEZ

Ni los habitantes de la Prehistoria contaban con que su mundo fuera a ser un reclamo turístico en el futuro ni los promotores del «Paraíso Rupestre» pensaron que, pocos años después de la puesta en marcha de este proyecto, habría una situación económica tan diferente. La iniciativa se presentó en 2003 y la mayoría de los equipamientos están hechos. Pero necesitan personal y mantenimiento, unos gastos que los municipios -titulares de las instalaciones, salvo en el caso del Centro de Arte Rupestre Tito Bustillo, en Ribadesella- no pueden afrontar.

Conceder la gestión a empresas turísticas es una opción por la que han apostado ya varios ayuntamientos y que otros no descartan para cumplir dos objetivos: abrir los centros de interpretación y hacerlo sin coste para las arcas municipales.

El «experimento» es reciente y en Onís ha salido muy bien. Aquí se construyó el Centro de Descubrimiento de la Fauna Glacial, que gestiona una empresa, y tienen otro recurso rupestre, la cueva de La Peruyal, que alberga un fósil de rinoceronte lanudo. Esta gruta se puede visitar desde el pasado mes de julio -y hasta el 14 de octubre- bajo una fórmula innovadora que la abre «para todas las empresas de turismo activo que cumplan los requisitos de acceso», según explica el alcalde, el socialista José Manuel Abeledo. Tal ha sido el éxito que, entre el 20 de julio y el 31 de agosto, casi 500 personas la visitaron. El número no fue mayor porque hay un límite de 16 personas al día como máximo. El Ayuntamiento cobra una tasa a las empresas por entrar en la cueva con sus clientes, lo que hace la iniciativa aún más interesante para las arcas municipales.

«Nos salió perfecto por tres razones: no nos cuesta ni un euro, tenemos los centros abiertos casi todo el año e incluso sacamos algo más de 1.000 euros en tasas», apunta Abeledo. Este invierno tocará estudiar «cómo afectaron las visitas al fósil» y la petición de las empresas de ampliar el cupo de 16 personas porque creen que es escaso. El regidor resume que, «como administración, estamos contentos. Esta es la mejor fórmula posible, un Ayuntamiento no puede gestionar un centro, ni por personal, ni por medios, ni por tiempo. Una empresa siempre va a sacarle algo de beneficio».

En Llanes sucedió algo parecido. El concejal de Turismo, el socialista José Herrero, señala que ya el año pasado se quedaron sin el personal de los planes de empleo con el que atendían el Aula de Interpretación del Ídolo de Peña Tú -en Vidiago, el primero en inaugurarse en 2006- ni el Aula del Mar, que no pertenece a la marca «Paraíso Rupestre». Entonces se vieron obligados a cerrar estos centros al público, considerados «importantes para complementar la oferta turística y cultural». Con la prohibición actual de que los ayuntamientos realicen contrataciones que no se consideren urgentes, estos centros «estaban abocados al cierre», dice.

Herrero refiere que «una serie de empresarios turísticos de Llanes nos plantearon la posibilidad de hacerse cargo de la gestión». El edil resume que con esta decisión se cumplían «los objetivos de reabrir los equipamientos y hacerlo con el menor coste para el Ayuntamiento», que no tendrá que poner dinero en su explotación y cobra al «cluster» «un canon simbólico que tampoco pretende recaudar», añade Herrero.

El Ayuntamiento de Ribadedeva, que este verano tuvo que cerrar el Centro de Interpretación de San Emeterio, junto a la cueva de El Pindal, por los mismos motivos, seguirá los pasos de Onís y Llanes y lo sacará a una concesión privada. El alcalde, el socialista Jesús Bordás, espera que el adjudicatario pueda abrir el centro la próxima Semana Santa. Centros como el de la Cultura Castreña de Caravia se quedaron por el camino y otros, como el Centro del Hábitat Rupestre y Karst, en Amieva, se abrieron sin acceso rodado y sin traída de agua. El alcalde, José Félix Fernández, de Foro Asturias, espera que «en un futuro se pueda dotar de un acceso digno y por el que pueda acceder cualquiera, de una una traída de agua y de un contenido». El regidor afirma que, en la actualidad, abrir el centro no está entre sus prioridades. Aunque no se cierra a una concesión privada, duda «mucho de que nadie se interese por un centro que no tiene acceso, es un despropósito», añade. En Carreña de Cabrales también hay un centro acabado y equipado, que no puede abrirse porque «no tenemos personal ni dinero para contratar», según explica el alcalde, Antonio Pérez, de Foro Asturias, quien también subraya la imposibilidad de hacer contrataciones. El regidor añade que barajan varias posibilidades, entre ellas la de que una empresa se encargue de su gestión, aunque cree que en los ayuntamientos pequeños es más difícil obtener rentabilidad de estos centros. «Es una opción, no se descarta nada, el asunto es echarlo a andar», aclara. Y apostilla: «el próximo verano debería estar abierto».

El equipamiento más caro y más importante del «Paraíso Rupestre» se inauguró en marzo de 2011 en Ribadesella, aunque su titularidad -así como la del resto del conjunto del macizo de Ardines- es regional. La alcaldesa del municipio, Charo Fernández Román, de Foro Asturias, asegura que «sí nos gustaría que el Ayuntamiento tuviera algo de participación en su gestión, que se hiciera un patronato o alguna figura en la que Ribadesella contara en algo que está dentro del territorio de nuestro municipio».

Después de un verano en el que ha estado cerrado por falta de presupuesto, el Ayuntamiento de Ribadedeva sacará la concesión para que una empresa privada gestione el Centro de Interpretación de San Emeterio, junto a la cueva de El Pindal. El alcalde, Jesús Bordás, apunta que «el concesionario tendría que asumir todos los gastos de mantenimiento» y el Ayuntamiento se encargaría de la limpieza. Bordás añade que «es intención del Ayuntamiento tratar de coordinar la gestión del centro de interpretación con la gestión de la propia cueva».