Anoche se suspendió hasta nueva fecha la entrega del premio «Fayuela», que concede desde los años 90 del siglo pasado la Asociación Cultural «Grupo Amigos de Parres», el cual corresponde en la presente edición a Maruja Toraño. El motivo fue el fallecimiento a primera hora de la mañana del lunes, 11 de febrero, del hostelero Belisario Suárez Pellico, fundador del restaurante-sidrería Mirador, en Arriondas, catalogado como uno de los referentes del sector en la comarca del Oriente de Asturias, quien fue galardonado con ese mismo premio allá por el año 1992, en vísperas del Antroxu.

Escribir de Belisario Suárez es hacerlo de uno de los mejores jugadores de bolos de todos los tiempos, quien siempre se sintió orgulloso de haber sido el único bolista de este país que ostenta el acreditado Trofeo Nacional de Educación Física y Deportes «Elola Olaso», uno de los más prestigiosos de la época, recibido el mismo año en el que también se distinguió, aunque en el apartado internacional, al laureado tenista Manolo Santana. Sin lugar a dudas, dos enormes figuras del deporte español en sus respectivas disciplinas.

Nacido en Demués, en el concejo de Onís, se afincó en Arriondas tras casarse con Blanca Somoano Corteguera, ésta de Montealea (Parres), teniendo dos hijos -Beli y Fabiola-, que les aportaron cuatro nietos -Verónica, Isabel, Fran y José-. Belisario y su esposa estuvieron al frente, en los años 60, del Bar Submarino, en la villa parraguesa, hasta que a principios de los 70 inauguraron el restaurante-sidrería Mirador, establecimiento que regenta actualmente, desde mediados de la década de los 90, su hijo, Belisario Suárez Somoano.

Su vinculación al mundillo de la cuatreada se inició desde bien guaje, ya que con apenas 10 años construyó una bolera en la majada de Arnaedu, en la vertiente onisense del otrora parque nacional de la Montaña de Covadonga. Su principal valedor fue un maestro andaluz Enrique Castellano del Castillo, oriundo de Lora del Río (Sevilla), que impartía docencia en la Escuela Publica del Buen Suceso, en Demués, pues fue la persona que regaló a Belisario su primer juego de bolos. De hecho, en la dura década de los 40, aquel rapacín que amaba los bolos se encargó de organizar un torneo en el puerto alto de Onís, para entretenimiento de los pastores que atendían el ganado en las verdes majadas del espacio natural.

Tiempo después, ya en Arriondas, supo compaginar el trabajo como hostelero con su pasión por el deporte autóctono por excelencia en Asturias. Defendió los colores de la selección asturiana, y también los de España, en diversas competiciones de ámbito internacional. Dio su nombre a la Peña Bolística Belisario, creada en 1964, cuyo primer presidente sería Darío Quesada, un administrativo que prestaba servicios en el Ayuntamiento de Parres. Y es que Arriondas llegó a ser, con el enorme tirón de Belisario, incluso sede de la primera edición de los Campeonatos de España de Bolos.

Comprometido con Arriondas, Belisario Suárez destacó como un gran colaborador con las fiestas del Bollu, ya que durante años se encargaría de idear y ornamentar artesanales carrozas para el tradicional desfile. Asimismo, entre 1972 y 1976 ostentó la presidencia del Arenas del Sella, logrando que la entidad deportiva tuviese un campo de fútbol municipal, una vez que fructificaron las gestiones llevadas por el entonces alcalde Jesús González Llenín con la familia García-Castañón. El acuerdo alcanzado pasaba por construir un puente sobre el río Piloña a cambio de la cesión de los terrenos para el área deportiva. Cumplido y hecho.

Colaborador con la Peña Bolística La Parraguesa y socio-fundador del Club de Petanca La Concordia, Belisario Suárez también dedicó buena parte de su tiempo de ocio a realizar tareas de instructor del deporte de la cuatreada en algunos centros educativos del Oriente, en compañía del presidente de la Federación de Bolos del Principado, Desiderio Díaz.

A ello debe sumarse el apego que tenía a los concursos de escanciadores de sidra, ya que en muchísimas oportunidades formó parte de los jurados encargados de deliberar e impartir justicia en los distintos eventos desarrollados en Asturias.

El funeral por Belisario Suárez Pellico, que contaba 82 años de edad, se oficiará hoy, martes, a las cuatro de la tarde, en la iglesia parroquial de San Martín de Arriondas. Posteriormente, sus restos mortales descansarán en el cementerio de la parroquia. La capilla ardiente del finado se encuentra instalada en la sala n.º 1 del Tanatorio del Oriente, en la villa de Arriondas (Parres).

Descanse en Paz.