Arriondas (Parres),Patricia MARTÍNEZ

Unos raíles de Feve, la pasarela caída de Triongu y unos árboles en el cauce del río Sella impiden, de momento, realizar el descenso en canoa entre Arriondas y Ribadesella. Los empresarios de turismo activo temen que estos obstáculos no se retiren antes de la Semana Santa, arruinando su actividad estrella y polo de atracción para muchísimos turistas. Si no se remedia, la repercusión tendrá un efecto dominó en la zona, cayendo no sólo sobre la contratación en estas empresas, sino sobre la ocupación en alojamientos, restaurantes, etcétera.

En estas condiciones, ni el tramo de Arriondas a Toraño ni el de Toraño a Llovio son navegables por las canoas. El primero está bloqueado por la pasarela de Triongu, en el concejo de Cangas de Onís, que el temporal de lluvia del pasado 19 de enero derribó. Desde entonces, parte de la pasarela yace sumergida en el río, impidiendo el paso de canoas. En el segundo tramo hay dos obstáculos. El más importante son unos raíles que sujetaban una escollera a la altura de la localidad canguesa de Llordón. Feve los colocó verticales para proteger la vía y, al venirse abajo, ahora están horizontales y torcidos y son realmente peligrosos para los piragüistas. Con el nivel de agua que tiene el río, los raíles les quedan justo a la altura del pecho y los canoístas corren el riesgo de quedar literalmente incrustados en ellos.

Por otra parte, unos árboles obstaculizan el cauce del Sella a la altura de la localidad riosellana de Cueves del Agua. En la Asociación de Empresas Turísticas de Navegación en Ríos afirman que «en el momento en que esté libre el río podremos empezar a funcionar» y recuerdan que su actividad es el primer eslabón de «una cadena».

En Semana Santa estas empresas atienden a unas 18.000 personas, de las cuales la mayor parte practica el descenso. Cuando puedan volver a ofertarlo, «podrá venir gente a los hoteles», añaden. Temen que los obstáculos no estén retirados para el período vacacional, que comienza el próximo jueves 28, y señalan que «a priori, tal y como está el río, no podrá haber canoas».

El Sella tiene otras zonas navegables, como la parte alta, en la que se practica «rafting», pero esta actividad no sirve para la mayoría de los turistas, que demanda el descenso en canoa. Los empresarios piden que, por lo menos, se retiren los raíles de Llordón, ya que así tendrían «un tramo abierto, ya puedes ofrecer algo, no el Sella entero, pero ya es algo».

En cuanto a la pasarela, la competencia y la responsabilidad son del Principado, que les ha indicado que el elevado caudal del río les impide actuar. Los empresarios confían en que en los próximos días baje el nivel y puedan acceder a ella, al igual que esperan que Feve retire los raíles y la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, los árboles.