Cangas de Onís,

J. M. CARBAJAL

Una tregua meteorológica de unos cincuenta minutos permitió, en la noche del pasado Viernes Santo, que se desarrollase la tradicional procesión del Santo Entierro -conocida como la Soledad en Cangas de Onís-, aunque la lluvia volvió a hacer acto de presencia y caer con insistencia cuando la comitiva se encontraba, tras recorrer las principales calles de la ciudad, a apenas cien metros de la iglesia parroquial de Santa María.

Cientos de personas, muchas de ellas forasteras, acompañaron en el largo recorrido, una vez salieron del templo parroquial, a los tres pasos de los que consta la procesión de La Soledad: el Cristo yacente, el Cristo crucificado con la Virgen de los Dolores y la estrenada imagen de San Juan Evangelista y, por último, la Verónica. Uno de los centros de atención fue la Banda de Gaitas «Ciudad de Cangas de Onís».

Varias mujeres canguesas lucieron para la ocasión mantilla y peineta, vestidas de riguroso negro y portando velas en sus manos. Entre ellas las concejalas María Fe Gómez Alonso y Liliana Gonzalo Suero. Asimismo, tomó parte en la misma el regidor José Manuel González Castro, sujetando el bastón de mando, al lado del párroco de Cangas de Onís, Luis Álvarez Suárez.