Llanes, Emilio G. CEA

Con nervios, emoción y algo de ansiedad, la pequeña de seis años Vaitiare del Campo, integrante de la Cofradía del Santo Entierro, se esforzaba por retirar con cuidado el velo negro de la imagen de la Dolorosa. Así, de esta forma, concluyó la semana de luto religioso en Llanes y comenzó la fiesta de la Resurrección. El sol, que tanto se echó en falta en los días precedentes, se sumó ayer a los últimos coletazos de las celebraciones religiosas en la villa, dando luz y lustre a la tradicional procesión del Domingo de Pascua.

La comitiva, con el párroco Florentino Hoyos al frente portando entre sus manos la custodia con el Santísimo en su interior, salió bajo palio, levantado por seis devotos del bando de San Roque de la basílica de Santa María del Conceyu, minutos después de las doce y media de la mañana. Delante iban los integrantes del coro parroquial interpretando los himnos «Cantemos al Amor de los amores», de Sagastizabal, y el «Pange lingua», de Palestrina. Justo detrás de la custodia se agrupaban las autoridades locales, al frente de las cuales se encontraba, con el bastón de mando del Ayuntamiento en la mano, la alcaldesa de Llanes, Dolores Álvarez. La secundaban el primer teniente de alcalde, José Herrero, y los concejales Silvia Ruenes y Javier Morán, del equipo municipal del gobierno socialista. Los ediles Juan Carlos Armas y Marián García de la Llana estuvieron también presentes, en representación del grupo de los no adscritos y Foro, respectivamente. Junto a ellos también tomaron parte en la procesión representantes de la Guardia Civil en el cuartel de Llanes.

La imagen de Santa María Magdalena, llevada a hombros por ocho varones pertenecientes a este bando, y la de la Dolorosa, portada por un total de cuatro integrantes del bando de La Guía, salieron de la basílica minutos antes de que lo hiciese la custodia. Detrás de ellas iba el antiguo párroco de Llanes Luis Díaz entonando el «Dios te salve, María» junto con un gran número de fieles que le acompañaban en el cántico. Ambas imágenes, tras dar la vuelta a la basílica, se dirigieron hacia la calle Mayor a través de la calle Posada Herrera. La custodia bajo palio discurrió por la calle Posada Argüelles, para salir a la plaza de Santa Ana, desde donde enfiló la calle Mayor, hasta encontrarse con las imágenes de la Magdalena y de la Dolorosa junto a la capilla de la Magdalena.

En este lugar, como es tradición, tuvo lugar el momento culminante de la procesión. Mientras la «Schola Cantorum» de la basílica de Llanes entonaba el «Regina Coeli», de Antonio Lotti, y las campanas de la capilla de la Magdalena y de la basílica repicaban con fuerza, la pequeña de seis años Vaitiare del Campo, integrante de la Cofradía del Santo Entierro, retiró con sumo cuidado el velo negro de la imagen de la Dolorosa. La escena fue seguida con especial emoción por decenas de personas. Con la imagen de la Magdalena de vuelta a su capilla, la Dolorosa ya sin el velo negro y la custodia volvieron a una abarrotada basílica, donde se celebró la misa del Domingo de Resurrección.

La Semana Santa este año en la villa, pese al mal tiempo, pudo celebrarse con normalidad. El pasado miércoles la lluvia no impidió la salida de la procesión de la Cofradía del Santo Entierro con las imágenes del Cirineo, la Dolorosa y la Magdalena. La única procesión que no puso completar su recorrido habitual fue la del Viernes Santo.