La disminución en el número de socios, y la crisis económica, propició que La Parraguesa de Caza, igual que la mayoría del sector, se vea en la necesidad de hacer cábalas para cuadrar las cuentas a final de temporada para evitar adoptar drásticas medidas. El pasado ejercicio se cerró con cerca de 10.000 euros de déficit, pese al drástico ajuste de gastos (221.604 euros) con respecto al anterior (254.188), en cierto modo debido a la persistente disminución de ingresos (212.086) con relación al curso de 2011 (254.307 euros).

El objetivo marcado por la directiva, que preside José Manuel Narciandi Gao, es tratar de equilibrar el presupuesto anual, previsto en torno a los 230.000 euros para la recién estrenada temporada. En la presente campaña cinegética el número de tiradores de caza mayor ronda apenas los 200, quienes abonan 540 euros por la correspondiente tarjeta, en tres cómodos plazos; la tarjetas de caza menor suponen un desembolso 330 euros; y las cuotas de entrada ascienden a 902 euros. Uno de los puntos más espinosos de los últimos días fue el dilema del coto de Parres, que seguirá gestionado, conjuntamente con el de Cangas, por La Parraguesa.