Si el Museo de los Bolos de Asturias tiene un «padre», ése es Isidro Caballero, presidente de la Asociación Bolística «Pico Peñamellera» e ideólogo, responsable y artífice principal de que el centro se hiciera realidad. Si el Museo de los Bolos de Asturias tiene un «héroe» ése es Benito Fernández, «el rapaz de Alles», la única persona no nacida en Cantabria que en setenta y dos ediciones ha conseguido ganar -lo hizo en dos ocasiones, en 1966 y 1971- el Campeonato nacional de primera categoría de bolo palma. Isidro Caballero y Benito Fernández son historia viva de los bolos, un deporte cuyo museo -el único en España dedicado de forma monográfica a un juego tradicional- cumple hoy diez años desde su inauguración.

Ambos visitaron ayer el Museo de los Bolos, ubicado en Panes, para conmemorar el aniversario. Isidro Caballero aprovechó para manifestar sus inquietudes sobre el futuro del centro. Desea un proyecto museístico adecuado y una gestión privada que avale su continuidad. Hace falta «reinventar» el museo, y ¡ojo!, que ya hay proyectos en otros puntos de la región en torno a los bolos», advirtió Caballero. No es que el Ayuntamiento de Peñamellera Baja, titular de la instalación no esté haciendo, es que «tendría que hacer más», indicó Caballero, preocupado por el futuro del centro.

El Museo de los Bolos, emblema de Panes, está dividido en cinco áreas. En la primera se muestra cómo se fabrican los bolos y las bolas; en la segunda están los aparatos relacionados con la preparación de las boleras; en la tercera se detallan las 14 modalidades que sobreviven en Asturias; en la cuarta se muestra cómo el antiguo juego de los bolos pasó a ser un deporte, y la quinta es un homenaje iconográfico a algunas de las personas más destacadas del universo bolístico: jugadores, directivos, árbitros, periodistas, mecenas... Todo ello adornado con objetos, paneles, trofeos, carteles y fotografías, varias de ellas, espectaculares, del llanisco Juan Ardisana, una de las personas que mejor supo retratar este juego tradicional, sus interioridades y a sus personajes.

Las piezas más destacadas del museo son, quizá, la bolera, construida en 1935, que fue la primera de titularidad pública del municipio, y dos reproducciones: una del primer documento histórico sobre los bolos, de 1495, y otra de un pleito entre dos peñas por dos nogales de la bolera de Alevia, de 1650. El museo se completa con fotografías de las tres ocasiones en las que el Príncipe Felipe de Borbón practicó esta modalidad deportiva en Asturias: en 1986 en el Centro Asturiano de Oviedo, en 2003 en Navelgas y en 2005 en Porrúa.

Isidro Caballero está por un lado orgulloso del centro, por el que luchó durante nueve años -desde que lanzó la propuesta, en 1994, hasta que fue inaugurado- y por el que aún continúa luchando. Pero por otro se siente un tanto «frustrado», pues le gustaría «que funcionara mejor». Destacó que el de Panes es un «museo didáctico», pues enseña los «secretos» de las diferentes modalidades bolísticas con «sencillez y claridad», y a la vez permite «la divulgación y la reivindicación pública de un patrimonio escasamente reconocido y valorado».

Caballero no para: tiene un sinfín de planes en la cabeza. Señaló que el décimo aniversario del museo debe convertirse en «un punto nuevo de partida». Toca «perseverar», dijo, con el objetivo de «consolidar» el museo, que en la actualidad abre en Semana Santa y del 1 de junio al 30 de septiembre, por las tardes, y que «podría mejorar en algunos aspectos». Porque «no hay que conformarse con la apertura del centro», subrayó Caballero, quien agradeció la implicación del Ayuntamiento y la Consejería de Cultura en ese proyecto. Caballero indicó que el museo, junto con los premios «Pico Peñamellera», que cumplirán en breve veinte años, «legitiman a Panes como capital bolística de Asturias». A la vez, supone un punto de referencia para recuperar «el orgullo bolístico que Peñamellera siempre tuvo».

Benito Fernández, por su parte, rememoró sus triunfos, que no han tenido hasta ahora parangón, y corroboró todas las apreciaciones de Isidro Caballero. El más grande campeón de bolo palma que ha dado Asturias en toda su historia también manifestó su deseo de que ese deporte se conserve para las generaciones venideras y de que el museo se renueve y mejore.