La presión de los empresarios de navegación turística y de los clubes deportivos ha hecho efecto: la Consejería de Agroganadería inició ayer las tareas de retirada de los obstáculos que impedían desde hace tres meses el descenso del Sella en canoa y en piragua. Los primeros trabajos se centran en la retirada de la pasarela que fue derribada a mediados del pasado mes de enero por un temporal en las inmediaciones de la localidad de Triongu, en Cangas de Onís. Pero habrá más: en los próximos días, un equipo de buceo procederá a la retirada de los raíles de Feve que impedían la navegación a la altura del pueblo cangués de Llordón.

Los trabajos para retirar los restos de la pasarela de Triongu los están ejecutando operarios de la empresa Rayfer, contratada por el Principado, que se ayudan con dos grúas. Salvo que surjan complicaciones, las obras concluirán hoy mismo. Agroganadería ya había intentado retirar los restos de la pasarela anteriormente en varias ocasiones, la última de ellas en Semana Santa. Entonces el elevado caudal del río impidió concluir la operación. Agroganadería procederá hoy al derribo de un estribo sumergido en el río. En el caso de los raíles de Llordón podría haber colaboración entre administraciones: según indicaron a este diario varias fuentes, el Ministerio de Fomento, responsable de Feve y, por extensión, del material caído al río Sella en Llordón, ha solicitado ayuda al Principado para retirar los restos. .

Según los cálculos de los empresarios de navegación turística en ríos, las tareas para retirar los obstáculos del Sella costarán poco más de 10.000 euros. Poco más de 8.000 euros la retirada de la pasarela de Triongu y unos 2.500 euros la extracción de los raíles de Feve. Ésos fueron, al menos, los precios que aportaron dos empresas especializadas en este tipo de tareas. No obstante, el derribo del estribo de la pasarela podría encarecer el coste.

Los empresarios del descenso en canoas llevaban tres meses exigiendo a las Administraciones regional y central una solución para el Sella, dado que con los restos de la pasarela y los raíles resultaba imposible la actividad, una de las más pujantes del sector turístico en la comarca oriental. Los empresarios de navegación turística ya perdieron la temporada de Semana Santa, cuando suelen mover a miles de personas y temían por su futuro y el de las sesenta personas que emplean en esta época del año y que no han podido contratar hasta ahora por la ausencia de actividad.

Los empresarios calcularon en 1.200 el número de camas anuladas en la comarca durante el primer trimestre de este año, a causa del cese de la actividad en el Sella.

También los piragüistas alertaron de la situación del río que, según la mayoría, impediría celebrar el Descenso del Sella si no se retiraban los obstáculos. Tanto los empresarios como los hosteleros -que también registraron sensibles pérdidas desde enero- y los piragüistas habían demandado a la Administración urgente solución para el Sella, uno de los principales atractivos turísticos de la comarca.