El juicio rápido para aclarar los hechos acaecidos en la localidad de Porrúa (Llanes) el pasado 14 de mayo cuando un petardo lanzado supuestamente de manera intencionada contra dos perros de raza border collie, de nombre «Pat» y «Nick» -un macho y una hembra-, que causó a los canes varias lesiones, ha sido aplazado.

El fiscal no ha encontrado indicios de delito en esta acción, por lo que el juez ha dado un mes de plazo al propietario de los canes, Juan Carlos González González, para que éste presente más informes que acrediten los daños causados por la explosión llevada a cabo con un cartucho de considerable potencia. González y su abogado presentaron en el Juzgado de primera instancia e instrucción de Llanes el informe sobre las lesiones causadas a los perros, elaborado por el veterinario que atendió a los canes.

Ahora, el dueño de los animales y su representante legal buscarán a un perito que se encargue de valorar las secuelas que este tipo de lesiones provocan en los canes. Además, intentarán recabar el apoyo de la Asociación Nacional Animales con Derechos y Libertad (Anadel) para que se persone en la causa. Los perros tras la explosión fueron atendidos por úlceras corneales y tímpanos rotos.

El veterinario que atendió a «Pat» y «Nick», Luis Bernardo, que tiene una clínica en Llanes, aseguró ayer que ambos perros se han recuperado de las lesiones físicamente, pero no psicológicamente. «Los perros ahora mismo son como autistas. No se dejan coger y se esconden de la gente. Asocian todo tipo de ruidos con explosiones», sostiene el experto. Bernardo, representante del Partido Animalista en Llanes, se mostraba ayer indignado por todo lo sucedido. «Todo esto es una barbaridad. Si esto hubiese pasado, por ejemplo, en Inglaterra, el responsable estaría ya en la cárcel», indicó.

Los hechos tuvieron lugar a las 21.11 horas del 14 de mayo, en la zona del barrio de La Horcada, en Porrúa, cuando G. R. V. se acercó a los perros con un potente petardo que detonó junto a ellos. El propietario de los perros tenía en el lugar donde se produjo la explosión una cámara de seguridad que graba durante las 24 horas del día. En la grabación puede observarse con nitidez al presunto responsable de la explosión dejando el cartucho junto a los perros. Las cámaras fueron colocadas en este lugar por González unos meses antes del suceso, cansado de que intentasen envenenar a sus perros.

«Pat» y «Nick» proceden de la localidad vasca de Murguía y eran propiedad del campeón de España de pastoreo, Oscar Murguía.