Cerca de doscientos ganaderos de la comarca oriental cortaron ayer el tráfico durante alrededor de dos horas en Soto de Cangas para protestar contra los constantes daños que provocan en sus cabañas ganaderas los ataques de los lobos. El lugar escogido para el corte no era baladí, ya que se concentraron en una rotonda que distribuye la circulación desde Cangas de Onís hacia Covadonga, Los Lagos y los concejos de los Picos de Europa. Los ganaderos denuncian que los ataques del cánido se han multiplicado en los últimos tiempos y exijen, entre otras cosas, que se pague más y más ágilmente por los animales perdidos y se tomen medidas para controlar la población de lobos en la zona.

Se da la circunstancia de que el Principado ha comenzado a pagar hace unos días las indemnizaciones correspondientes a los daños del año pasado, pero los ganaderos han querido mostrar su desacuerdo con la política de la administración regional en la materia manteniendo la concentración. Tras dos horas de un importante caos de tráfico, la carretera quedó abierta hacia las cinco y media de la tarde.

El problema del lobo es una constante en los últimos años en toda la zona rural asturiana. Hace unos días se tuvo conocimiento de que un informe de la Unión Europea invitaba a tomar medidas para que coexistiera la vida salvaje con los modos tradicionales de los habitantes de la zona de los Picos de Europa, poniendo énfasis en que la población de lobos no es tan grande como se piensa.

La propia directora general de Recursos Naturales, Fina Álvarez, se declaró hace unos días defensora de una «utopía», la convivencia del hombre y el lobo. «El lobo debe estar en la cordillera, pero en un número adecuado», señaló.