Al igual que en otros concejos asturianos, se promovió también en el de Parres una consulta para decidir si Santa Eulalia de Mérida debía o no ser la patrona del Obispado de Oviedo. Puntualicemos que los restos de esta santa mártir llegaron a Asturias procedentes de Extremadura, con el fin de preservarlos durante la invasión árabe. En la magnífica capilla que está bajo su advocación y que se encuentra a la izquierda de la entrada principal de la catedral ovetense se veneran sus restos. Muchas son las parroquias, ermitas y templos asturianos dedicados a la niña emeritense Eulalia, también conocida como Olaya, Ulaya u Olalia.

En el siglo XVII las convocatorias de los vecinos de las parroquias tenían lugar de múltiples formas: por edictos unas veces, por cédulas otras, en ocasiones mediante el tambor y toque de campanillas por la calle -como en Gijón-, a son de «campana tañida» o mediante pregones, siendo este último el método habitual.

El lugar de reunión de los vecinos era muy variado. Generalmente en las iglesias, pero en ocasiones este recinto era insuficiente -como en el caso de Avilés, donde se reunían en el «sagrado cementerio de San Nicolás»-. Otras veces se convocaban en las casas consistoriales o en la misma calle -como en Salas- donde pasaban en ristra bajo el arco para votar, mientras en Oviedo ejercían este derecho en la Universidad. En Infiesto solían votar en plena misa, exactamente en el ofertorio.

La hora de votar variaba mucho de unos a otros lugares; a veces tenía lugar al finalizar la misa dominical a la que -por devoción o por obligación- acudía la práctica totalidad de los vecinos. Téngase presente que quienes no asistían a misa eran multados e incluso el cura de la parroquia anotaba a los que no se confesaban al menos una vez al año, negándoseles el enterramiento al final de sus días en la necrópolis parroquial. Y es que el poder de la iglesia fue desmesurado durante siglos.

Normalmente se votaba con habas blancas o negras, o con habas para los síes y garbanzos para los noes, o con granos de maíz blancos y colorados, incluso poniendo una cruz para el sí y en blanco para el no. En cuanto a lo que hoy llamamos urna de votación también había varias modalidades: normalmente se depositaban los votos en un cántaro -de barro o de cobre-, en una caja, en una olla, en un sombrero?

Hechas estas aclaraciones previas reproducimos a continuación el acta correspondiente a nuestro concejo de Parres tal y como la dejó redactada Juan Fernández de Linares, escribano titular del ayuntamiento sito en Cuadroveña, puesto que Arriondas no sería capital del concejo hasta casi dos siglos después, en 1827. Transcribimos el acta tal como quedó hace 375 años, pues el texto se comprende e interpreta bien, a pesar de encontrarlo extraño en su redacción, ortografía muy diferente a la que ahora utilizamos -como es la carencia total de tildes-, sin signos de puntuación...

Dice así:

«Yo Juan Fernandez de Linares scrivano publico del numero desta Villa y concejo de Parres certifico y doy fe y berdadero testimonio a todas las justicias del rrey nuestro señor y mas personas que la presente vieren oy dia de la fecha desta en como sus mercedes de los señores Juezes desta Villa y concejo conbocaron y llamaron todos los becinos de por feligresias como lo an de uso y costumbre para oy dicho dia onze deste mes de abril y se juntaron en las casas de ayuntamiento adonde los becinos y personas que se allaron presentes les enseñaron la orden del señor obispo de Obiedo y del señor gobernador deste Principado y cunpliendo con ella se puso encima de una mesa questaba dentro de dicho ayuntamiento un cantaro de barro y a las personas que se juntaron y allaron presentes que vinieron a la dicha conbocación se les dio a cada uno una aba blanca y otra negra para el que quisiese por patrona a la bienabenturada santa Eulalia echase la aba blanca y el que no quisiese por patrona a la bienabenturada santa echase la aba negra y yendo entrando por su orden las personas dichas fueron echando secretamente sus abas en el dicho cantaro y después de aber acabado todos que fueron en numero ciento y nuebe personas con dichos juezes y con los saçcerdotes que estaban en presnçcia de los dichos juezes y sacerdotes yo scrivano saqué las dichas abas del cantaro y las conte y alle por numero ciento nuebe de las cuales las sesenta y cinco eran blancas y las quarenta y cuatro negras y luego sus mercedes de los dichos juezes dijeron como abian salido sesenta y cinco abas blancas que eran los que querian por patrona a la gloriossa santa Eulalia de Merida que esta en la santa iglesia de Obiedo deste obispado y abia otras quarenta y cuatro abas que contradeçian el dicho boto y mandaron a mi el presente scrivano dello diese fe y testimonio de berdad el cual doy por aberme allado presente a todos los que dicho es = y ansimismo doy berdadero testimonio de que habiéndose acabado de botar en la forma dicha los dichos curas se allaron presentes fueron el lizenciado Juan Perez Destrada cura desde Villa de Cuadrobeña y el licenciado Toribio Blanco comisario del santo ofizio y el lizenciado Andres Rodriguez cura de santa Maria Madalena de Castiello y el lizenciado Matheo cura de santa Maria Madalena de Cayarga becinos deste dicho concejo de Parres los quales abiendo oydo y entendido los dichos botos dixeron que aprobaban y aprobaron el boto de las abas blancas que era el que pedia por patrona a la bienabenturada santa y rreprobaban el de las abas negras que lo contradecia y que en cuanto a lo que era de su parte la pedian y aprobaban por tal patrona y abogada suya? esto dijeron de que doy fe y lo firmaron de sus nombres en la Villa de Cuadrobeña a onze días del mes de abril de mil seysçientos y treynta y ocho años».

Así lo firmaron y rubricaron los antes citados, junto con este curioso escribano de aquel ayuntamiento de Parres cuya sede estuvo en Cuadroveña durante más de dos siglos y medio.

No podemos concluir estas líneas sin hacer tres precisiones, a saber:

La primera hace referencia a que en el concejo de Parres fue donde mayor número de votos negativos a la propuesta se dieron de todo el Principado, pues a pesar de registrarse 65 síes, hubo 44 noes, dado que -por ejemplo- en todo Oviedo no hubo ni un solo voto negativo; sólo 6 habas negras en Gijón, 10 en Avilés y 9 en Llanes; los 981 votos de Villaviciosa y los 907 de Salas fueron todos a favor, al igual que en Gozón, Teverga, Aller, Infiesto y Ribadesella, donde no hubo ni un solo voto contrario a la propuesta.

La segunda precisión es que -al año siguiente- el Papa Urbano VIII envió un Breve (documento pontificio referido a un solo tema y de no muy largo texto) al Obispado de Oviedo, según el cual confirmaba y aprobaba a perpetuidad que, Eulalia, la niña mártir de Mérida, fuese declarada como patrona de los lugares citados con votación afirmativa, o sea todos; concluyendo con la habitual fórmula protocolaria «dado en Roma, en San Pedro, bajo el anillo del Pescador, en el día 19 de febrero del año 1639, décimo sexto de Nuestro Pontificado».

Se citan nominalmente todos los concejos y en cuanto a Parres señala «Parres eiusque subditorum», o sea, Parres y sus vecinos.

La tercera y última precisión es que Santa Eulalia de Mérida sigue siendo la patrona del Obispado de Oviedo y de toda la diócesis (archidiócesis desde 1954), mientras que Santa María de Covadonga es la patrona del Principado de Asturias, además de que cada parroquia tiene su patrono o patrona particular.

Son conceptos diferentes, como cuando nosotros distinguimos el concejo de Parres (topónimo con al menos 1.100 años), Arriondas -como capital del mismo desde hace 187 años- y su parroquia de San Martín, como ya se encuentra citada en el Libro Becerro de la Catedral de Oviedo hace más de seis siglos.