Con enorme maestría y seguridad, la organista japonesa Izumi Kando (Osaka, Japón, 1961) puso ayer el broche de oro, en la Colegiata de San Fernando, a la V Edición del ciclo de conciertos «Órganos de Covadonga», organizados por el cabildo del real sitio, con un emocionante recital que contó con la presencia de más de medio centenar de espectadores.

Kando cautivó a los presentes con un sobrio concierto en el que desplegó todo el talento que lleva dentro. Sus manos y el delicado teclado del órgano realejo se fundieron en una perfecta armonía para sumergir a los escuchantes en la calidad de la música interpretada. La suavidad y la delicadeza del tocar de la prestigiosa intérprete japonesa hicieron que los presentes viajasen en el tiempo sin moverse del real sitio, para disfrutar de piezas compuestas en los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX.

Durante los sesenta minutos que duró el concierto, Izumi Kando deleitó a los espectadores con ocho piezas y un bis. «Ballo del granduca», de Jan Pieterszoon Sweelink (1562-1621) abrió el concierto. «Daphne», obra ésta anónima compuesta en el siglo XVII, fue la segunda de las piezas tocadas. La primera parte del concierto se cerró con el «Offertorium de la Orgelmissa», de Grünberger (1756-1820), y «Ballo de la battaglia», de Storace (1637-1821). La «Sonata en sol menor», de Máximo López (1742- 1821) inició la segunda parte del espectáculo musical, seguida de «Tema con tres variaciones», de Justin Heinrich Knecht (1752- 1817). «Bandinerie BWV 1067», de Johann Sebastian Bach (1685-1750) y «Battaglia», de Caspar Kerll (1627-1693), pusieron fin a la audición.

El abad de Covadonga, José Antonio Tuñón Escalada, destacó antes del recital la importancia de los ciclos de conciertos con los tres órganos de Covadonga como protagonistas, iniciados en 2009. «El objetivo es poner a disposición de peregrinos, visitantes y turistas el legado musical de este lugar», dijo. Tuñón Escalada destacó la necesidad de «ensalzar el valor de la música de órgano dentro de las celebraciones litúrgicas».

La música japonesa, nacida en Osaka y organista titular de la iglesia luterana de Los Alemanes de Barcelona, compartió cartel en este V Ciclo de conciertos de órganos de Covadonga con intérpretes de la talla de H. Walther, Fernando Álvarez, Elena López y Adolfo F. Viejo.

La interpretación del himno a la Santina por la Escolanía de Covadonga en la santa cueva supuso el punto de partida a los actos del novenario en honor de la Virgen de Covadonga, que comenzarán el domingo, en la basílica, a las seis de la tarde. «El tiempo de la novena está lleno de gracia y bendición», dijo a los presentes -en la imagen- el abad, Tuñón Escalada.