"Ha sido una desgracia con suerte". Así resume el nuevo vicario adjunto de Arriondas, Gustavo Riveiro, lo que sucedió en la iglesia de Llerandi (Parres) tras la celebración de la fiesta de San Cosme y San Damián. Tras la celebración, las velas que quedaron en el lampadario del templo originaron un fuego que lo ha dejado todo negro pero que pudo destruir el edificio por completo.

La más perjudicada fue la imagen de San Cosme, colocada justo encima de las llamas, y cuya peana fue clave para que el incendio no avanzase. "Suerte que el fuego estaba lejos del banco y que la peana hizo de pantalla y evitó que quemase el tejado, de madera", expresó Amaro Balbín, párroco de Arriondas y arcipreste de Covadonga. También tuvieron suerte de que la imagen fuera de escayola y no de madera, como el Jesucristo colocado en el altar, la única talla de este material que hay en Llerandi.

El incendio se originó y se extinguió sin que ni vecinos ni religiosos pudieran advertirlo. Avelina Sánchez vive a escasos metros de la iglesia de San Cosme, cuyos muros frecuenta para rezar, pero tampoco percibió lo que sucedía en el interior del templo. "No sentimos nada", comentó, pesarosa.

Fue al día siguiente de la fiesta, el 27 de septiembre, día de San Cosme, cuando al acudir a la tradicional misa los vecinos descubrieron lo sucedido. Sánchez, al igual que el resto de vecinos, se llevó "mucho disgusto" al conocer la noticia, más cuando el edificio fue levantado por dos de sus primos en 1952. "Aquí me casé, aquí se bautizaron mis hijos e hicieron la Primera Comunión", recordó la vecina, quien también comunicó al párroco la disposición de su familia a ayudar en lo que hiciera falta.

En Llerandi había otra iglesia anterior, situada junto al cementerio, pero se quemó durante la Guerra Civil y se construyó la que ahora ha sido pasto de las llamas. Se da la casualidad de que hace doce años que se acometió una reforma integral en el templo, muy costosa y que contó con aportaciones vecinales. Incluso "varios jóvenes dejaron un día de trabajar para venir a esparcer el hormigón. Son cosas que te emocionan", relató Balbín, para quien lo sucedido ahora "es deprimente, es una cosa horrorosa".

Con todo, gracias a que el lampadario era de hierro, la cosa no fue a más y se quedó en daños que el párroco estima en unos 22.000 euros. Es un cálculo inicial y aproximado de lo que costará devolver la iglesia a su estado habitual, "siempre limpia y conservada", subrayó Balbín.

Ninguna tarea será fácil, pues para limpiar tendrán que aspirar el polvo y fregar con disolvente, además de aplicar un tratamiento específico a la piedra. Por último, emplearán una máquina de ozono para quitar el olor a quemado que aún perdura en la iglesia. Según apuntó el párroco, ahora están "recabando presupuestos" para ver cómo pueden afrontar estas actuaciones. Restaurar las imágenes, entre las que se encuentran las de San Cosme y San Damián, costará unos 5.600 euros.

En la memoria de los parragueses aún está el incendio que en junio de 2009 se produjo en la iglesia de San Martín de Arriondas al caer una vela encendida e inflamarse una resina que se estaba utilizando en las obras de restauración del ábside. En aquella ocasión, el fuego afectó a varias tallas y a unos bancos y dejó, al igual que en esta, el altar tiznado de negro.