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Cuerres, Cuaternario fértil

La excavación en el yacimiento riosellano da sus primeros frutos, entre ellos el cráneo de un bisonte

Alejandro García colabora en las labores de excavación, en Cuerres. P. M.

El yacimiento de Cuerres, en Ribadesella, está demostrando ser aún más rico en huesos de lo que se pensaba. Los trabajos de excavación comenzaron el pasado 2 de octubre con la extracción de piedra y material que los obstaculizaba y en la jornada de ayer ya se pudieron sacar algunos huesos.

Pedro y Alejandro García, del restaurante La Cerezal, de Collera, son los propietarios del terreno y quienes descubrieron la gruta, y han estado ayudando al paleontólogo de la Universidad de Oviedo Diego Álvarez Lao, director de la excavación. El primero de los hermanos explicó que en la zona que excavaron ayer "supuestamente no iba a haber nada y están apareciendo muchos restos". Entre los más relevantes, García destacó "el cráneo, casi entero, de un bisonte", especie de la que también se encontraron dientes. Otras piezas dentales, en este caso molares de un rinoceronte lanudo, también fueron halladas en el yacimiento riosellano.

Lo que no afloraron ayer fueron especies nuevas, pues todos los huesos pertenecen a animales de los que ya se tenía conocimiento por las anteriores incursiones a la cueva. Sí se extrajeron, sin embargo, gran cantidad de sedimentos del interior de la cavidad, que sacaron al exterior mediante el mismo sistema de cuerda y caldero del primer día de trabajos. El equipo conducido por Álvarez Lao aún no sabe si contará con la financiación del proyecto que solicitaron a la Universidad de Oviedo, aunque el director proseguirá con la campaña en función de la disponibilidad que sus obligaciones docentes le permitan. La cueva recibió ayer, además, la visita del responsable de otro yacimiento del municipio, el de Tito Bustillo, Alfonso Millara.

Los hermanos García dieron con la cavidad durante las obras de construcción de una casa sin sospechar que, en su interior, se encontraban los huesos de un número aún por calcular de animales que se precipitaron en ella hace entre 20.000 y 40.000 años.

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