Los pescadores de Ribadesella sólo han podido salir a faenar ocho días en lo que va de invierno. Las borrascas continuadas y las malas condiciones de la salida del puerto forzaron a las embarcaciones a quedar en tierra la mayor parte de las jornadas. Un día en noviembre, cuatro en diciembre, dos en enero y el estreno de ayer por febrero es todo lo que estos dos factores han permitido trabajar a los marineros, según explicaron ayer Vicente Peñil y otros compañeros.

Si no salen, no pescan y por lo tanto no ingresan, una situación que trae de cabeza a los barcos cuyos tripulantes no se pueden ayudar de la costera de la angula, un gran apoyo en estos meses invernales. También lo sería si el Principado accediera a flexibilizar los días de trabajo y de descanso, tal y como ha pedido el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida en el Parlamento asturiano. El coordinador general del partido, Manuel Orviz, y el diputado autonómico Aurelio Martín estuvieron ayer en el puerto riosellano presentando una proposición no de ley que recoge la vieja reclamación del sector.

Piden que "se pueda autorizar a faenar los días fijados como descansos -en la actualidad sábado y domingo- siempre y cuando, en una semana hábil y por causas como que haya mala mar, se hayan perdido las 48 horas obligatorias de descanso", reza la exposición de motivos de la propuesta. La legislación básica en este ámbito es estatal y comunitaria y marca esos dos días de descanso semanal, pero luego cada comunidad tiene competencia para regular cuándo y cómo se han de establecer.

Sin ir más lejos, los profesionales de la pesca en Asturias perdieron de trabajar varios días en las pasadas Navidades porque cuando podían hacerlo había temporal y cuando amainaba era fin de semana. Sí pudieron hacerlo, sin embargo, los pescadores cántabros y vascos, pues en sus normas autonómicas existe esa flexibilidad.

El precedente de otras comunidades españolas (que cumplen igualmente con la legislación estatal y europea) es la baza en la que confían los políticos de IU a la hora de debatir y votar la propuesta en el Parlamento. El argumento que han oído los pescadores por parte del Gobierno regional para no conceder estos cambios es la falta de vigilancia los fines de semana, un motivo que no les convence y mucho menos a sus economías.

Javier Ardines tiene su barco en Llanes y reclama al Gobierno regional que "en periodos puntuales como Semana Santa o Navidad esté autorizado pescar, aunque se quite de otros meses, de enero, por ejemplo". El patrón calcula que este invierno las embarcaciones llaniscas saldrían entre dos y cuatro días más al mes que las riosellanas, por las mejores condiciones del puerto y por el tamaño de algunos barcos. El año pasado en Ribadesella pudieron faenar un total de 112 jornadas, cuando lo ideal hubieran sido entre 150 y 160. Claro que no todos los meses cuentan igual, pues octubre es bajo por mucho que se salga, pero en diciembre resolverían el mes con cinco días de buena pesca. Lo que no quieren es ver, como sucedió estas Navidades, producto pescado en Cantabria y subastado, en fin de semana, en las lonjas asturianas mientras ellos se quedaban sin poder ganarse el pan.