El viaje por la prehistoria del Oriente ha sido todo un éxito. En lugar de regresar al punto del que partió, de unos yacimientos sin mucha conexión entre sí ni con muchos de los actores sociales presentes esta semana, ¿por qué no instalarse en un paisaje que integre a científicos, turistas, vecinos, niños y a todo el que quiera disfrutarlo? Las jornadas organizadas por el Consorcio de Entidades para el Desarrollo Rural han sido una magnífica oportunidad para asomarse a una gestión del patrimonio rupestre que no sólo ayude a conservarlo, sino que lo difunda y potencie sus posibilidades como producto cultural y reclamo de un tipo de turistas ávidos de seguir el rastro de los pobladores paleolíticos. La ruta senderista e interpretativa por el macizo de Ardines, en Ribadesella, permitió que vecinos y visitantes viajáramos en el tiempo 35.000 años atrás y fuéramos capaces de sustituir, en nuestra imaginación, las urbanizaciones de la playa de Santa Marina por la gran marisma en la que los pintores de Tito Bustillo cazaban, pescaban y recolectaban alimento. La excepción autorizada por el Gobierno regional para que veinte personas visitásemos la cueva de Coímbre, en Peñamellera Alta, en compañía de los equipos de arqueólogos y espeleólogos que la investigan, fue un lujo, por el que seguramente muchos pagarían con gusto precios quizás mayores de los que tienen las cuevas abiertas al público. Unos y otros realizan su labor investigadora con escasos medios económicos, ¿por qué no abrir la gruta a las visitas "especiales" y ayudar así a la financiación de estas campañas?. Además de biólogos, guías turísticos, especialistas universitarios en Prehistoria y Arqueología, investigadores de campo e incluso representantes del mundo artístico, la semana ha dado protagonismo a los niños. Estudiantes de los colegios de Panes, Llanes, Ribadesella y Onís, además de niños de Ribadedeva y otros concejos, han podido empaparse de la aventura prehistórica y empezar a valorar un patrimonio que ojalá les deje mucha riqueza y les permita, si quieren, quedarse en el territorio que les está viendo crecer. De todo lo leído y escuchado, que ha sido mucho y muy bueno, me quedo con las palabras del director de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), en Asturias, Mario Menéndez, quien en su conferencia inaugural animó a la creación de "redes" para comunicar y difundir los yacimientos de arte parietal. Sirva el viaje que concluye esta noche como primera puntada de esa red comarcal y regional que sitúe al patrimonio rupestre en el lugar que se merece.