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Canastas precoces en Arriondas

Fernando Romay, legendario pívot de la selección, animó el Baby Basket con cerca de 200 niños de 5 a 7 años de toda Asturias: "Yo no empecé a jugar hasta los 12 o 13"

Miembros del Baloncesto Villa de Mieres celebrando un triunfo. LUCAS BLANCO

Arriondas puede haber sido ayer testigo del inicio de alguna futura estrella de la NBA. Algo que, aunque difícil, no debe descartarse, pues las canchas del complejo polideportivo de la capital parraguesa acogieron una cita sin precedentes en la región con la que la Federación de Baloncesto del Principado de Asturias pretende captar futuros jugadores y aficionados entre pequeños de 5 a 7 años: el Baby Basket.

Fueron cerca de 200 los niños que formaron parte de los 15 equipos que a lo largo de toda la mañana y buena parte de la tarde midieron sus facultades baloncestísticas con sus semejantes de otros puntos de Asturias. Concretamente a esta primera edición acudieron niños pertenecientes a clubes de baloncesto de Mieres, Avilés, Gijón, Oviedo y Navia. Una variedad que la federación regional calificó como éxito. "Para ser la primera vez que lo hacemos el poder de convocatoria ha sido espectacular", señaló el presidente de la territorial, Juan José Cachero.

Excelentes resultados fueron los que se cosecharon también en las gradas con un ambiente digno de una competición de altura. Padres de uno y otro lado animaron sin cesar a sus retoños siempre con un ánimo festivo y de confraternización. "Da gusto ver lo bien que lo está pasando la gente", declaró la aficionada local Irene Muñiz, mientras presenciaba uno de los partidos.

Buena culpa de este poder de convocatoria la tuvo el exjugador y popular presentador televisivo Fernando Romay, que no paró de firmar autógrafos y sacarse fotos con los asistentes, además de animar como el que más a todos los equipos. "Me parece genial esta idea, pues los niños descubren el baloncesto y aprenden otros valores del deporte además de pasárselo bien", indicó Romay, que confesó que a la edad de los participantes todavía no sabía lo que era el baloncesto. "No empecé a jugar hasta los 12 o 13 años", declaró antes de echar flores a los técnicos: "Los que más mérito tiene son estos entrenadores que se desviven por ellos".

Toda una fiesta del deporte que el presidente de la federación se comprometió a repetir el año que viene al mismo tiempo que confió en que sirva para promover el baloncesto en el Oriente. "No está tan radicado como en el centro", añadió el dirigente deportivo.

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