La organización suprime la comida tras el Descenso del Sella para ahorrar

Su presidente, José Antonio Modino, explicó que "sale muy caro" mantener una tradición que cada vez tenía menos éxito entre los piragüistas, que tenían que comprar la invitación para comer bajo la emblemática carpa instalada en Lloviu.

"Veremos alguna otra opción", anunció Modino, para quien no se trata de una "pérdida de una parte histórica del Descenso", sino de suprimir "un añadido". Para esta 78.ª edición, sin embargo, que se celebrará el próximo 9 de agosto, no habrá más novedad que la eliminación de una comida que "no tenía demanda" y "salía muy cara", añadió el presidente del comité.

En Ribadesella no faltan ideas sobre cómo organizar esta parte posterior a la competición del Sella. Estela Rosete sí lo ve como una tradición, pero añade que "los tiempos cambian" y propone "colocar las piraguas a la llegada en el prau San Juan o a lo largo del Paseo Princesa Letizia", ya que en el paseo de La Grúa estarían condicionadas a la subida y bajada de las mareas. Rosete cree que se podría contratar a un guardia jurado que vigilara la integridad de las embarcaciones, una exhibición que sin duda alguna llamaría la atención del público.

Defiende, además, que los premios se entreguen en el podio del Paseo de los Vencedores, también en la villa riosellana, y no en los Campos de Oba, donde se ha realizado el acto hasta ahora. Sin la comida de los deportistas bajo la carpa, Rosete apuesta porque "los piragüistas fueran llegando y colocando las embarcaciones" y que se les entregaran las diferentes distinciones en el podio.

El CODIS convocó una reunión la semana pasada para escuchar estas y otras propuestas pero ningún miembro de las tres asociaciones empresariales llamadas a la cita acudió. No lo hicieron, explicaron después, porque les fue imposible, pero manifestaron su interés por participar y asistir a próximos encuentros que José Antonio Modino se comprometió a convocar.