Todas las fiestas tienen nombres propios. Los que siguen son algunos de las de Santiago en Posada de Llanes. Cindy Bueres Pérez se pasa todo el año en Bélgica, donde nació y donde reside, "deseando regresar a Asturias", donde están sus raíces. Lo hace siempre que puede por Santiago. Ayer volvió a vestirse de llanisca y a emocionarse con "su" fiesta. Esta hija de emigrantes, de 22 años, fue una de las decenas de aldeanas que acompañaron a la imagen del apóstol durante la procesión, que partió, como cada año, de Villa Pilar y que concluyó en la iglesia parroquial, donde se celebró la misa.

Maeve Álvarez Alonso, de 6 años, no participó este año en la procesión. Estaba "muy cansada", porque ha padecido la varicela en los últimos días, según explicaba su madre, Elena Alonso. Pese a ello, la pequeña se vistió de llanisca porque debía interpretar dos bailes, la jota y el trébole. Así lo hizo. Y muy bien.

Antes de los bailes, Paloma Cueto Muñoz paseaba ufana por la explanada de la iglesia junto a su nieto León Alonso Martín, de 13 meses, que sonreía en su silla, ataviado con el traje de porruanu. Aunque nació en Cantabria, la "güela" prometió "avezalu" para que sea "de Posada". Y, "por supuesto, de Santiago".

Mientras las aldeanas interpretaban el ramu, caminaban de la mano un padre y un hijo, Josín Amor Sordo y el pequeño Yago, de 21 meses, ambos vestidos de porruanos. El padre, una de las "estrellas" de los bailes de Santiago, bailó después el xiringüelu de Naves. El hijo aguardaba su regreso con el chupete en la boca.

Julián Herrero González es gaitero, pero podría oficiar la misa "perfectamente". "Si un día falta el cura no hay problema", porque hasta dos misas al día escucha a menudo. ¿Cómo lleva lo de tocar todo el verano de fiesta en fiesta? "Sarna con gusto no pica", subraya. Y le encanta tocar la gaita. Ayer tocó en la procesión con el grupo "L'Alloru" de Balmori y acompañó los bailes.

El grupo "L'Alloru", precisamente, inició ayer lo que puede convertirse en tradición. Tres mozas, trajeadas de llaniscas, portaban dos banderas y un estandarte. Este era el del grupo de Balmori; las banderas, una a cada lado, las de Asturias y Llanes. El nombre de las mozas que las llevaban, Gema Borbolla Cué ("Cué con acento", insistió), María Jesús Sordo (madre de Josín Amor y abuela de Yago) y Natalia Menéndez. Ya en la plaza de Parres Piñera, durante el concierto de "L'Alloru" y justo antes de los bailes, Javier Rodríguez Riestra, Jairo Peláez Rodríguez y Álvaro Peláez Piñera vendían los roscos de pan de los ramos. "¡Dos panes cinco euros!". Se agotó el género.

Quedaban los roscones de los dos ramos mayores -fueron cuatro en total-, que como ya es norma la comisión regaló a dos vecinos, José Pría Amieva y Pilar Ruenes (la propietaria de la villa que lleva su nombre, desde la que parte cada 25 de julio la procesión de Santiago).

Los bailes pusieron punto final a las celebraciones matinales, que abarrotaron la villa de Parres Piñera. Por la tarde hubo danza prima. Y al cierre de esta edición comenzaba la verbena, en la que iba a actuar un grupo mítico, "Los Inhumanos".