"Yo no me valoro mucho, es más lo que me dice la gente. De hecho nunca fui de arreglarme mucho ni de ponerme tacones y siempre anda mi madre detrás de mí diciéndome que me pinte y me peine". Lo dice Cindy Bueres Pérez, una guapísima llanisca de 22 años, 172 centímetros de altura y 55 kilos de peso, finalista del concurso para elegir a Miss Bruselas 2014.
A Cindy Bueres Pérez la nacieron en Bélgica pues es hija de emigrantes, pero se siente y se sabe asturiana, llanisca, de Posada y de Frieras. Se presentó al certamen de belleza porque la animaron sus familiares y porque quería saber "cómo funciona" este tipo de eventos. De las 130 jóvenes que acudieron ya sólo quedan 20, las finalistas, que se disputarán en un mes el título que se otorga a la más guapa de la capital belga.
No la asustó el escándalo que se montó el año pasado en torno al concurso de belleza, al resultar elegida una joven no especialmente agraciada. Cindy quería saber si había "algo raro" detrás de estos certámenes. "No lo hay", señala con rotundidad, para añadir que la experiencia está siendo "estupenda" y que el trato que reciben las concursantes es "buenísimo. Estamos muy protegidas", añade.
El hecho de haber sido elegida finalista le ha dado "confianza y seguridad" en sí misma. Pero no las tiene todas consigo, pues cree que sus apellidos, "tan españoles", la podrían acabar perjudicando en las votaciones populares. Es verdad que hay más chicas oriundas de otros países, incluso de fuera de Europa, pero casi todas tienen apellido belga. Y las votaciones a través de las llamadas telefónicas suponen el 65 por ciento del resultado final (el 35 por ciento restante saldrá de la decisión de un jurado de expertos). Cada llamada para votar a una aspirante cuesta un euro. Cindy tiene el número 13.
Cindy Bueres Pérez tuvo que interrumpir sus vacaciones en Asturias el 31 de julio para acudir a Bruselas a la toma de las fotografías oficiales del concurso. Regresó unos días más tarde. Tiene un hermano que es piloto y vive en China, por lo que para sus familiares llaniscos ellos son "los de lejos". Asegura que se pasa "todo el año pensando en venir a Llanes", porque considera que esta tierra es "el paraíso". Por muchas razones, "porque aquí está la familia, porque aquí se sale mucho y porque en Bélgica la vida es estudiar, trabajar y a casa. No hay esta 'movida'", subraya.
La joven hispano-belga -tiene la doble nacionalidad-, que estudia Arquitectura de Interiores en la Academia Real de Bellas Artes de Buselas, está conociendo Bélgica gracias al concurso. Hasta la final, que será el 6 de septiembre, las aspirantes protagonizarán multitud de actividades. Han firmado un contrato que las obliga a pedir permiso casi para cada foto que les hacen. Y las llaman continuamente de agencias de publicidad y de fotografía.
Cindy Bueres Pérez, soltera y con novio, es nieta de Adelina Cueto Inés, propietaria del Bar Llanes, un café asturiano ubicado en la calle Marché au Charbon, toda una institución en Bélgica, pues es el bar más antiguo del centro de Bruselas. Sus padres, de Piñeres de Pría y Frieras, emigraron a Bélgica y allí siguen, aunque se escapan siempre que pueden a Asturias, sobre todo en verano, para disfrutar de las fiestas de Posada. Claro que las estancias en Llanes tienen su "cara b", porque la joven ya cogió "algo de peso" en apenas unos días, al comer demasiado "en plan asturiano".
La que podría ser elegida en unos días Miss Bruselas es una mujer activa. Es directiva del Centro Asturiano de Bruselas y forma parte del grupo de baile de esa entidad. Al margen de su indudable belleza, una de las ventajas con las que cuenta la llanisca es su espónsor, una tienda de ropa inglesa muy importante e implantada en Bélgica, en la que trabaja desde los 17 años. Las demás aspirantes tienen espónsor más locales y, en consecuencia, menos poderosos desde el punto de vista económico.
