Cuarenta y tres vehículos tomaron parte ayer en la primera Quedada de clásicos, en Cangas de Onís, donde decenas de personas y amantes del motor pudieron deleitarse contemplando verdaderas "joyas" con mucha historia. Uno que causó sensación fue el Ford T, del año 1918, del cangués Pepe Huerta, vecino de Cangas de Onís, que lleva seis años trabajando en él: "Estaba en un estado casi irreparable cuando lo compré", explicó. La Quedada tuvo también carácter solidario, ya que se recogió más de 100 kilos de alimentos no perecederos para Cáritas, informa J. M. CARBAJAL